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Reportaje:

El cine se aprende rodando

Una escuela enseña a hacer películas a chavales de entre ocho y 14 años para formarlos como espectadores

Es domingo y un grupo de 15 chavales de entre 8 y 14 años del Colegio Suizo de Madrid se encuentra en el jardín de un chalé madrileño haciendo de actores, cámaras, directores o productores. No están jugando, están aprendiendo. Son los alumnos de la primera promoción de Orson the Kid, una peculiar escuela de cine para niños que echó a andar el pasado septiembre y cuyo primer curso culminará en junio con el rodaje de un corto de 17 minutos: Rec.Unión.

El director de la escuela, Jorge Viroga, explica que 'a los niños se les ofrecen actividades extraescolares como danza, teatro, música y artes plásticas, pero el cine está vetado porque es muy caro'. Sin embargo, las películas de la pequeña pantalla copan gran parte del ocio de los más pequeños. 'Nuestro objetivo no es formar profesionales, sino que, como espectadores que son, aprendan a ser más críticos, más selectivos y que adquieran más poder de decisión frente a lo que se les ofrece en vez de quedarse enganchados a la tele sin más', apunta este profesional, que conoce bien el mundo de las estrellas de cine. La escuela cuenta con el patrocinio de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), el Ayuntamiento de Madrid y dos productoras de cine.

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Guiones nada infantiles

Los chavales repiten en el jardín una y otra vez la misma escena. A pesar del ritual, que sigue idéntico a sí mismo, no hay asomo de cansancio. 'Trabajar con niños es todo un reto. Tienen menos poder de concentración, y los intereses y vocaciones son muy diversos. Lo bueno es que van adquiriendo el rigor necesario para trabajar en equipo. Y funciona', dice el director, que está convencido de que no hay gran diferencia en trabajar con niños y con adultos.

Una de las diferencias, eso sí, son los vaivenes que padecen en la vocación. 'Al principio quería ser actriz', asegura Laia, una joven de 14 años que, tras estudiar las cinco materias troncales que conforman el currículo de la escuela, ha descubierto que lo suyo es la producción. 'Me gusta organizarlo todo. Me ocupo de que los actores lleguen a tiempo y de cortar la calle cuando tenemos que rodar alguna escena', comenta en una pausa del rodaje.

Laia, al igual que el resto de los alumnos, antes de descubrir su auténtica vocación ha estudiado guión -'donde aprenden cómo contar una historia en imágenes, con la ayuda de películas de la historia del cine'-, técnica -'fotografía, luz, el manejo de la cámara'-, rodaje -'ponen en práctica las materias de los seminarios como maquillaje, vestuario, dirección de arte-, montaje y posproducción. 'Todos hacen de todo, pero en el rodaje de la película cada uno elige un trabajo y se responsabiliza de ello'.

Lou, de 11 años, es la directora. 'Yo soy la que manda a todos. Siempre estoy haciendo algo y tengo que saberme de memoria el guión. Me gusta. Mi padre trabaja en cine y he conocido a muchos directores', comenta mientras charla con las actrices en corrillo. Para elegirlas hicieron un casting. Luca, a sus 12 años, ha optado por ser cámara y directora de fotografía. 'Es una ocasión única', exclama este joven, que desde un principio tenía claro que no quería ser actor. 'Me gusta mucho estar con la cámara. En cambio, eso de salir en pantalla y verme después, no'.

El director ya tiene planes de expansión para la escuela, que de momento no tiene sede propia y funciona en un aula que les ha cedido el Colegio Suizo. Para el próximo curso prevé captar a sus alumnos en tres centros más de la región: el Liceo Francés, la Hasting School y un tercero que aún está por decidir. 'Queremos que Orson the Kid sea una escuela con un fuerte carácter multicultural. Cuantos más niños de diferentes culturas haya, mayor será la diversidad y la creatividad', asegura Viroga, que ha previsto la posibilidad de conceder becas a algunos niños, ya que ahora el precio del curso es de 8.000 pesetas al mes.

Pero otros muchos niños, aunque no estudien en alguno de estos colegios, también podrán participar en el campamento de verano en Sigüenza (Guadalajara). Allí, 60 chavales, divididos en cuatro grupos, seguirán un cursillo intensivo de lo que el Colegio Suizo ha realizado en nueve meses. Cada uno de ellos, ayudado por nueve profesionales y cuatro monitores, culminará con el rodaje de un corto durante las 100 horas prácticas que durará la experiencia.

Se acabó la pausa. Los chicos vuelven a sus puestos, a rodar una y otra vez la misma escena en un jardín repleto de globos y con una tarta de chocolate en el centro. Luca, detrás de la cámara; Cristina, Natalia y Marta, delante, y Laia gritando con convicción: '¡Silencio, cámara, grabando, acción!'

Rodaje de un <i>corto</i> dirigido y realizado por alumnos de Orson the Kid.
Rodaje de un corto dirigido y realizado por alumnos de Orson the Kid.SANTI BURGOS

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