El Depor juega su última carta

A Coruña estaba ayer de aniversario: el título de Liga del Deportivo cumplía su primer año y la prensa local lo recordaba desempolvando las fotos de aquella emotiva jornada en que la ciudad se convirtió en 'la más feliz del mundo', como dijo entonces su alcalde, Francisco Vázquez. Una nota de nostalgia que se mezclaba con las tibias ilusiones que aún mantiene el Deportivo en este campeonato. Empujado por la crisis del Madrid y por la tenacidad de su entrenador, Javier Irureta, que nunca dio el título por perdido, el conjunto blanquiazul tratará de exprimir la última ocasión de añadir un poco de intriga a una Liga que ya parecía sentenciada. Ante el Oviedo jugará su última carta.

La apuesta es a doble o nada: si el Deportivo gana esta tarde en el Nuevo Carlos Tartiere ante el Oviedo (19.00, teletaquilla) pondrá a prueba el maltrecho sistema nervioso del Madrid, que juega una hora más tarde en Vallecas; si pierde, en cambio, el cuadro de Del Bosque tendrá el camino despejado para buscar la victoria ante el Rayo y proclamarse campeón a falta de cuatro jornadas.

¿Tienen sus jugadores la convicción de que aún es posible dar alcance al Madrid?, se le preguntó ayer a Irureta. El técnico dudó un instante antes de responder: 'Claro que sí ... Bueno, tampoco somos tontos. Sabemos que la distancia es considerable, pero también que nos podríamos poner a tres o cuatro puntos del líder. En todo caso, esta es una jornada clave: o nos lanzamos hacia arriba o nos quedamos estancados'.

Irureta siempre se resistió a tirar la toalla, incluso antes de los tropiezos del Madrid en las dos últimas jornadas, que permitieron al Deportivo acortar una distancia que hasta entonces parecía insalvable. Al margen de la disputa por el título, el cuadro blanquiazul necesita los puntos para asegurar una plaza en la Liga de Campeones y mantener el segundo puesto que le permitiría eludir la fase previa. Pero en su intento de vender optimismo, Irureta se afana por dejar de lado los objetivos menores y enarbolar la ilusión del título. Ayer ni siquiera quiso darle importancia al triunfo del Valencia, su principal adversario por la segunda plaza. 'Yo sólo miro hacia arriba', aseguró el preparador.

El mensaje machacón del técnico trata de vencer el escepticismo que se percibe entre la plantilla y el entorno del club. Hace tiempo que los jugadores abandonaron la lucha por el título y ahora parece que les cuesta trabajo mentalizarse. La mayoría repite con cierta desgana los tópicos habituales. 'Mientras hay Liga hay esperanza', sentencia Romero. 'Hay que intentarlo, es nuestra obligación', agrega Mauro Silva, uno de los líderes del vestuario. Prueba de esa sensación de incredulidad que impera en A Coruña es que en los últimos días se ha hablado más de la suspensión del Mundial de clubes -Riazor era una de sus sedes- o de cuestiones secundarias como el cambio de árbitro -Esquinas Torres se lesionó y le sustituirá Fernández Marín- que de la importancia del partido de hoy. Con todo, el público apurará el último trago y más de 3.000 aficionados blanquiazules estarán en el Nuevo Tartiere.

Si algo no puede esperar el Deportivo es la menor concesión de su rival. Porque si el choque se presenta para los coruñeses como una oportunidad de alimentar un sueño lejano, para el Oviedo se trata sencillamente de una cuestión de vida o muerte, según informa Mario Díaz. Todo un clásico de los últimos años en Primera División, el Oviedo se encuentra ahora en una situación dramática, ya que está solo a dos puntos de los puestos de descenso y por delante le queda un calendario terrorífico: tras el Deportivo, sus siguientes rivales serán Barcelona y Madrid.

Alineaciones probables:

Deportivo: Molina; Manuel Pablo, Donato, Helder, Romero; Víctor, Emerson, Mauro Silva, Fran; Makaay y Diego Tristán.

Oviedo: Esteban; Gaspar, Danjou, Boris, Rabarivony; Jaime, Onopko; Paunovic, Tomic, Iván Ania; Ioli.