El Banco Mundial anula su cita en Barcelona por miedo a las protestas
Los organizadores proyectan realizar el encuentro a través de Internet
El Banco Mundial no quiere que se repitan los enfrentamientos registrados en las reuniones de Seattle (EE UU) y Praga (Chequia). 'Ha llegado la hora de pronunciarse contra esta intimidación frente a un debate libre', declaró Caroline Ansley, portavoz del Banco Mundial, que explicó que se proyecta celebrar el encuentro vía Internet.
A juicio de los responsables del Banco Mundial, 'una conferencia sobre reducción de la pobreza debería celebrarse en un ambiente de paz, sin provocaciones, violencia ni intimidación. Pese a nuestros esfuerzos por acercarnos a algunos de los grupos que planean manifestaciones e incluirlos en la conferencia, la intención de muchos de ellos no es sumarse a las deliberaciones o contribuir de manera constructiva al debate, sino interrumpirlo', dijo la entidad.
El Ministerio de Economía informó ayer de que recibió la comunicación del Banco Mundial y que la entidad ha reconocido el esfuerzo y la colaboración prestados por el Gobierno para la organización del evento.
La Comisión de Coordinación de la Campaña contra el Banco Mundial afirmó en un comunicado que la cancelación de la reunión 'supone un éxito sin precedentes del movimiento contra la globalización capitalista'. El comunicado añade: 'La suspensión constituye una clara demostración de que la movilización ciudadana puede resultar determinante en el cambio del actual modelo neoliberal'.
Entre otras personalidades, estaba previsto que asistieran a la reunión el ex presidente de México Ernesto Zedillo, el presidente del Banco Mundial, James D. Wolfensohn, y el ministro de Economía, Rodrigo Rato.
El Banco Mundial intentó sin éxito que algunas organizaciones se avinieran a no realizar protestas. Las entidades contrarias a la reunión habían anunciado para antes de la segunda quincena de junio manifestaciones y actividades contra el evento. Entre otros actos, tenían previsto realizar una llamada 'contraconferencia' el 22 y 23 de junio y protestas en las calles, así como un denominado 'juicio al Banco Mundial' como acto de clausura del evento.
La policía también había empezado a trabajar para prevenir incidentes y, en los últimos días, desalojó varias viviendas en Barcelona tomadas por okupas para impedir que recibieran a inquilinos de otros países durante la reunión. Un portavoz de los opositores al encuentro manifestó ayer que se plantean celebrar en junio algún tipo de acto en Barcelona, y que la anulación de la cita barcelonesa no significa desmovilización; al contrario, pretenden poner toda su infraestructura al servicio de los contrarios a la reunión del FMI que se llevará a cabo en Génova en julio.
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