'La marcha verde' avanza en Los Monegros

Tardienta es un pueblo monegrino de Huesca con poco más de mil almas, una estación de tren, una harinera y un desierto. Tiene también un aeródromo que se ha convertido por unas semanas en un excepcional plató. Allí, en el mismo paisaje que Bigas Luna explotó en su Jamón, jamón, José Luis García Sánchez ha rodado con un equipo de 90 personas los exteriores de su particular revisión de La marcha verde. Lo ha hecho entre el secarral de las tierras, la nitidez de su cielo y la inusitada lluvia que tuvo a bien retrasar un día el rodaje. El agua debió ser el milagro obrado por este director que se confiesa discípulo de Berlanga y que, con un guión de Rafael Azcona, quiere repasar a su manera un episodio de la historia de España.

El guionista Rafael Azcona conoce los mejores rincones de España para rodar

'Aragón tiene el mejor desierto del mundo y lo localizamos gracias a Rafael Azcona que sabe dónde están las mejores zonas para rodar'. García Sánchez ha comenzado ya a montar con Pablo del Amo La marcha verde, una parte de la historia de España que el director convierte en revista. 'La mejor forma de aprender es con risas, eso de que las cosas con sangre entran no va conmigo'. Así que este hombre, enamorado de la zarzuela, que ya puso sobre las tablas Gigantes y cabezudos en el año 98 -'le hice un homenaje a la Virgen del Pilar porque es pequeñita'- se llevó al grupo de actores a rodar en el desierto aragonés.

La marcha verde se estrenará en septiembre, y habrá, probablemente a finales de agosto, un pase especial en el pueblo monegrino donde piensa llevar a los actores. Fedra Lorente, Inma del Moral, Álvaro Luna o Pepón Nieto que han compartido exteriores con 500 extras. 'Eran magrebíes, en su mayoría, porque en Aragón hay de todo'. Y con ellos ha recreado aquel extraño episodio ocurrido poco antes de morir Franco: la marcha de los marroquíes sobre El Aaiún, empujados por Hassan II y que terminó con la descolonización del Sáhara por España. El guión es el primero de la serie de episodios nacionales que le bullen en la cabeza, luego será El 23-F, y tal vez La Expo de Sevilla. Es su forma, dice el cineasta, de hacer presente la historia reciente y lograr que a golpe de humor no se olvide.

En Tardienta, en el aeródromo que dirige José Miguel Ayuda, García Sánchez encontró de todo . 'Hasta camellos'. Porque allí desde 1998 Cucaracha, Tempranillo, Melchora, Gaspara y Baltasara se han aclimatado y hoy son parte de un imaginativo proyecto de viaje al desierto sin salir de Aragón. Los camellos y las jaimas que proporcionan experiencias inéditas a los turistas han sido parte esencial del decorado.

'Nosotros montamos otras cuatro jaimas y hemos dejado un cuartel que servirá para los intereses turísticos del lugar'. El director se deshace en elogios hacia el responsable del aeródromo, donde se practica el vuelo sin motor y otras curiosas especialidades, aunque reconoce que cuando el jueves 10 de mayo diluvió en el secarral las cosas se vieron de otra forma. Lodo y charcos en la arena. Las alambradas escupían agua y el equipo volvió a Huesca para ver llover desde el hotel. Pero el sábado 12 el rodaje pudo concluirse. La sed de la tierra chupa pronto el agua y el presupuesto, 300 millones de pesetas, no se disparó. La pena es que el equipo se perdió las fiestas de Santa Quiteria, que son el 21 de mayo.

El beso, Banderita española o el Himno de la legión sonarán en la película. Pero tendrán una marcha distinta. Y es que su historia, pegada al dato, se recrea en la fantasía de su mirada especial. 'Todo arranca cuando llega al Sáhara el Príncipe de España y para animar a la tropa deciden enviar una compañía de revista'.