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A PIE DE OBRA
Columna
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Solterísimos

Marcos Ordóñez

- 1. Bueyes sueltos (bien se lamen). Abundan los monólogos como hongos en gimnasio, y sus ejecutantes, los monologuistas, al calor del éxito de, por ejemplo, Senfield. El mayor problema de los monologuistas actuales, como demuestra el espectáculo 5hombres.com en el Victoria (y su precedente televisivo, El club de la comedia), estriba en la intercambiabilidad de sus textos. Textos intercambiables para actores intercambiables. Más allá del timing o del grado de ocurrencia, la esencia del verdadero monologuista cómico es el estilo, la manera, y eso, señores, no se improvisa de un día para otro. Para plantarse ante el público y soltar un monólogo cómico que funcione es indispensable un estilo propio, una visión del mundo que convierta las obviedades y los absurdos de la vida cotidiana en fulguraciones de sentido común o de delirio. Por eso hay tan pocos originales. En el Victoria está Carles Flavià. En el Malic, hasta el día 26 -anótenlo-, Accidents Polipoètics.

'Los humoristas de ley tienen padres pero no tienen hijos. Como los bueyes sueltos, bien se lamen'

Duchamp veía al humorista como una Máquina Célibe. Es decir, que no se casa con nadie. Los humoristas de ley tienen padres pero no tienen hijos. Como los bueyes sueltos (y como D'Annunzio), bien se lamen. Cuanto más sueltos mejor: sin manos. Flavià tiene un hermano mayor más joven que él, Pepe Rubianes. Accidents Polipoètics tienen la velocidad expositiva de Gomaespuma y el arbolado delirante de Tip y Coll, aunque sólo reconocen tres padres indiscutibles: Gila, Ramón Gómez de la Serna y Enrique Jardiel Poncela. Pero vayamos por partes.

- 2. Flavià, Carles. En el Victoria, Santi Rodríguez tiene ritmo, Fuentes tiene tele, Corbacho y Millán tienen ángel, pero sólo Flavià tiene el demonio en el cuerpo, cosa curiosa habiendo sido cura. Flavià es un cura y la niña de El exorcista en un mismo cuerpo. Flavià cierra el espectáculo y lo pone patas arriba, y al público con él. Flavià es una fuerza. Con su glorioso catalán macarra y su eterno aspecto de 'promotor de boxeo falto de sueño', como le describió una vez Guillem Martínez, Flavià ya tiene tres espectáculos a sus espaldas, y se nota. Han pasado cuatro años desde que un Flavià tenso y demasiado proclive a la brutalidad conceptual se presentara como monologuista en la bodega Bohemia. Si Capri era el hombre perpetuamente perplejo, Flavià parecía encarnar al hombre perpetuamente cabreado, contra todo y contra todos. En esos cuatro años, de monólogo en monólogo, y siempre nadando -conceptualmente (o no)- en el caldo de una resaca atómica, Flavià ha aprendido a tamizar sus invectivas sin perder ferocidad. Su cara es ahora más irónica que sarcástica, más escéptica que cabreada. Su trabajo actoral también ha cambiado. Los gags están más medidos, más construidos; el tempo es más preciso, y se le ve mucho más a gusto en el escenario: el éxito, la buena respuesta del público, tranquilizan mucho. Homilías era, un poco, como si nos llevara en taxi un día de mucho tráfico. Prensamiento, como si nos abriera, en batín y zapatillas, las puertas de su casa. El estado del malestar como si, al fin, nos recibiera en su propio club. Ahora, el club lo lleva puesto. Breve. Flavià es, con mucho, lo mejor de 5hombres.com.

- 3. El amor fu. Axioma uno: 'Cordero es a cordura lo que soltero es a soltura'. Axioma dos: 'Un casado en la Península es un soltero menos en Canarias'. Axioma tres: 'El solterón es un soltero con sufijo. La solterona es una soltera con refajo'. Axioma cuatro: 'La mayoría de la gente que muere o estaba casada o estaba enferma. ¿Acaso el amor y la muerte son procesos complementarios?'. Bien. ¿Jardiel? ¿Miguel Mihura? ¿José Luis Coll? No, Metlikovetz & Theros, en arte Accidents Polipoètics. Monologuistas a dúo, que tiene más mérito. La pareja más extraña del humor patrio desde Esteve & Ponce, desaparecidos en combate (por lo menos a este lado de la Península). Xavier Theros (apócope de Ballesteros) es, mayormente, antropólogo. Rafael Metlikovetz es, mayormente, psicólogo clínico (de etnia eslovena). 'Trabajamos de otras cosas', dicen, 'para poder hacer en el escenario lo que nos da la gana'. Desde 1991 llevan haciendo en el escenario lo que les da la gana: cerca de 400 representaciones por toda España (en teatros, bares y cárceles diversas) de dos espectáculos de poesía, Polipoesía urbana de pueblo y Más triste es robar, y dos conferencias escénicas (modalidad conferencia chachi), Pim pam pum Lorca, que vimos en el Malic la temporada pasada, y Soltero busca (o el cuelgue de los hábitos), que están representando actualmente hasta, repito, el 26 de mayo. Los viernes, sábados y domingos, a las nueve de la noche.

Accidents Polipoètics: accidentes poéticos que se multiplican como pólipos, no necesariamente malignos aunque sí maliciosos. Pim pam pum Lorca fue, de largo, el mejor homenaje al poeta en su centenario. Un espectáculo que acababa con una imagen fulgurante de la guerra civil (Theros partía una hogaza de pan en dos mitades y las untaba con tomate) y otra que tal de la posguerra: un tablero de damas con lamparitas votivas encendidas en cada casilla. En Soltero busca (que también podía haberse titulado El amor fu u Hombres de paja) Theros & Metlikovetz sustituyen las damas por el dominó y nos hablan desde una eterna, recurrente tarde de domingo para a) tipificar todas las categorías posibles de soltero hispánico y b) bajar al patio de butacas para casar a una pareja posible y luego someterse al interrogatorio de la concurrencia. Como me resulta bastante difícil hacerles un resumen del espectáculo (no hay forma de tomar notas: anotar un gag equivale a perderse el siguiente) les diré, para que se hagan una idea, que utilizan el siguiente atrezzo: un dominó, dos copas de coñac, una lechuga, una pistola, una campanilla, un libro gordo, una regla, una linterna, un mapa de España, un yoyó, un chupa-chup, una petaca, una cabeza de ajos, confeti, nyores, una pastilla efervescente, un martillo de plástico y un patocuac, que, como su nombre indica, es un pato que hace cuac. Se introducen tales ingredientes en una hormigonera, se rocían con las dos copas de coñac y se les prende fuego, sin prisa pero sin pausa. Reserven sus entradas y que cenen bien.

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(Departamento de Discos Solicitados. Martínez pide un próximo espectáculo sobre la transición. Yo les he pedido un Pim pam pum Jardiel coincidiendo con su centenario).

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