La flota de Santa Pola pierde 1.000 millones por la crisis con Marruecos
La flota pesquera de altura alicantina no atraviesa un buen momento. La ruptura de las conversaciones que la Unión Europea (UE) mantenía con Marruecos sobre el uso de sus caladeros por barcos comunitarios ha agudizado la ya de por sí complicada situación de este sector en la Santa Pola. El último episodio de conflicto con el país magrebí ha originado pérdidas por valor de 1.000 millones de pesetas a los pescadores de Santa Pola, que llevan 16 meses con los barcos amarrados.
En los últimos quince años la flota de altura se ha reducido en Alicante un 20%. Mientras en 1985 operaban 500 buques, en la actualidad tan sólo faenan 400. La crisis es más evidente en los grandes pesqueros (las naves de arrastre y cerco), pues su reducción ha sido de un 46,2%. En 1973 faenaban 356 buques de arrastre, cifra que cayó a 270 diez años después. Ahora tan sólo quedan 190, lo que implica un decrecimiento del 46% entre las naves de estas características.
Los barcos de cerco ha sufrido un proceso similar. En el año 1973 faenaban 25 buques de esta especialidad, diez más que en la actualidad.
El declive de la flota pesquera en Santa Pola tiene dos consecuencias directas: reducción del empleo y merma de las ganancias. El número personas que se dedican a este oficio disminuye constantemente desde 1973. Ese año trabajan en los pesqueros alicantinos 3.800 marineros; hoy sólo faenan 1.800.
Los beneficios que genera el sector también se han visto reducidos. Ni siquiera el incremento del IPC ha conseguido que en los últimos cuatro años aumenten las ganancias.
Según las estadísticas que maneja la Federación de Cofradías de Alicante, los beneficios del sector decrecen desde 1996. Aquel año la pesca produjo en la provincia unas ganancias de 9.346 millones de pesetas, mientras que en en 1998 éstas se redujeron a 7.348. Durante el año siguiente y 2000 los beneficios se mantuvieron estables.
En opinión de Rafael Vizcaíno, secretario de la Federación de Cofradías, 'la lenta sangría' que ha padecido el sector se ha visto amortiguada, en parte, por la modernización de la flota, pues ahora hay menos barcos pero con mayor capacidad de captura. Con todo, el balance no es positivo.
Los constantes conflictos con Marruecos han reducido a la mitad la flota de altura de Alicante en los últimos 15 años. Según Vicente Blasco, presidente de la Cofradía de Pescadores de Santa Pola, cada vez que España se veía obligada a reducir sus pesquerías en aguas marroquíes, la flota alicantina salía mal parada, en beneficio de los barcos andaluces y canarios.
Los últimos barcos de la provincia de Alicante que hasta hace 16 meses -cuando comenzó el paro de la flota española- faenaban en Marruecos procedían de Santa Pola. Tanto las tripulaciones como los pescadores reciben 151.000 pesetas al mes como ayuda del Estado. Eran 5 buques de arrastre que como mínimo producían un mínimo de 22 millones de pesetas por trimestre. Blasco calcula que en total se han dejado de ganar desde diciembre del 1999 más de 1.000 millones.
El Puerto de El Campello también amarra cinco buques tipo congelador que faenaban en Marruecos, si bien el armador y la mayor parte de la marinería proceden de Canarias. Actualmente estas embarcaciones se encuentran en las islas.
El futuro de la flota de altura en Santa Pola es incierto. Para Blasco, 'la mejor solución es, ya que los buques están preparados, que trabajen aquí'. El presidente de la Cofradía afirma que en los últimos 10 años el 45% su flota ha terminado en el desguace. A ese destino se ve abocado uno de los barcos parados, pues su armador ha hecho cálculos y le resulta más económico recibir las ayudas de la UE por reestructuración que seguir faenando en Santa Pola.
Los planes de reconversión de la UE han promocionado la reducción de la flota española. Según Rafael Vizcaíno, las autoridades europeas exigen que no se construya más tonelaje del que se desguaza. Sin embargo, Vizcaíno cree que ya se ha llegado al límite en Alicante, y 'no tiene por qué reducirse más el número de barcos'. La reestructuración de la flota afecta principalmente a los buques de arrastre. Los puertos de la provincia que han sufrido mayores pérdidas -a parte de Santa Pola- son los de Dénia y Alicante. Dénia contaba a principios de los años setenta con 60 buques, y ahora sólo conserva 22. De los 17 que habían en Alicante sólo queda uno. Altea, Calpe y El Campello no han experimentado cambios sustantivos en sus flotas, si bien Blasco justifica este hecho ante la menor proporción de buques de arrastre que amarran en estos puertos.
En cualquier caso, según Vizcaíno, resulta complicado establecer qué puertos han sido más perjudicados, ya que 'la movilidad de los barcos entre localidades costeras era constante'.
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