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VISTO / OÍDO
Columna
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Anormales

Embaraza a su madre y el padre es infértil; a veces me vuelve la costumbre de titular. El mejor de entonces era Se cae y se mata. Éste encabezaría lo que un oyente contaba a Fina en su programa de la madrugada (SER). Dejó embarazada a su madre, pero el padre se había hecho una vasectomía. A continuación, otro explicó que se acuesta con el amante de su tío cuando se encuentran en las fiestas familiares, pero que ahora pensaban vivir juntos. Otro más inquietante: su obsesión es apuñalar por la espalda a quien sea. Le gusta el cuchillo ancho y corto, triangular. No sabe si va a poder contenerse más. No, no es mala persona: no trata de matar, sino solamente de acuchillar un poco. Por el placer de introducir el cuchillo en una espalda. Ninguna de estas tentaciones me mola, pero quién sabe qué otras tengo, más o menos reprimidas. Nadie está libre del disparate.

Hacia las tres de la madrugada llamó un psiquiatra que ya no podía más. Dijo que ve esta sociedad con terror. O sea, que tiene una fobia. Esas cosas se las cuentan en la clínica, pero, creía él, la clínica es realmente un lugar de insensatos; ahora descubre que la radio es otro. Es, dice, que la sociedad se ha destruido.

No iré nunca a ese psiquiatra: tiene buena voluntad, pero cae en dos errores. Uno, que habla mucho de lo normal y lo natural como de valores reales con los que medir el comportamiento. El otro, que lo 'anormal' es fruto de nuestro tiempo: esto está podrido. Quizá lee poco. Freud leyó las tragedias clásicas y en ellas encontró nombres para cada anomalía. La literatura narrativa es un catálogo de comportamientos humanos que parecen anómalos. La Biblia lo cuenta todo (de qué incestos salimos a partir de la manzana); y los curas lo saben. Preguntan al que confiesa un horror: '¿Cuántas veces, hijo mío?', con tono tranquilizador. Ellos sí que oyen. Gemma Nierga, en ese programa, era imperturbable. Pero todas -son mujeres: tienen más morbo y oído maternal- tienen sus límites. Lorena Verdún, de 40 principales, escucha muy bien, pero avergonzó y regañó mucho a una chica que le explicó que mientras su novio se fue a buscar preservativos no pudo esperar más y lo hizo con el perro. ¿Y saben qué paso? Que le gustó más el perro. Me temo que Lorena tendrá que psicoanalizarse.

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