El dilema de Ibarretxe
El sector del PNV partidario de un acercamiento a los no nacionalistas busca el apoyo del 'lehendakari' a esta estrategia
El lehendakari Juan José Ibarretxe se ha tomado un tiempo para formalizar una oferta para una mesa de partidos vascos en la que no estará EH hasta que esta formación condene la violencia, según anunció ayer el portavoz del Gobierno vasco,Josu Jon Imaz. Con este primer gesto de rechazo a EH, Ibarretxe ha escuchado al sector autonomista del PNV que le reclama que aproveche su victoria para acercarse a los partidos no nacionalistas y alejarse del nacionalismo radical.
Los diputados generales de Guipúzcoa, Román Sudupe; de Vizcaya, Josu Bergara; el alcalde Bilbao, Iñaki Azkuna; el presidente del PNV de Vizcaya, Iñigo Urkullu; el ex lehendakari José Antonio Ardanza y bastantes miembros del Gobierno vasco en funciones están animando a Ibarretxe para que avance con calma hacia un pacto institucional con todos los partidos democráticos vascos que afronte un doble reto: la lucha antiterrorista y el futuro de la comunidad vasca en sus relaciones con España y Europa. 'Un acuerdo de esas características se situaría entre el Pacto de Ajuria Enea y el Plan Ardanza', señalan fuentes del sector autonomista del PNV. Este pacto sería el sustituto, renovado, del Pacto de Ajuria Enea.
La amplia victoria de Ibarretxe le ha fortalecido tanto fuera como dentro del PNV. Por ello, el sector autonomista del partido cree que el lehendakari está ahora en condiciones de avanzar hacia un 'acuerdo de fondo' con los partidos no nacionalistas y romper con el Pacto de Lizarra. Algo que no hizo tras la ruptura de la tregua de ETA, al confiar aún en algún movimiento en EH y la banda y desoir a los autonomistas del partido que abogaban por un giro estratégico y el adelanto electoral.
Los defensores de la estrategia del Pacto de Lizarra dentro del PNV, con Joseba Egibar al frente, están en minoría. Egibar, según dirigentes del propio PNV, cuenta con escasos apoyos dentro del partido, como Markel Olano, Xabier Aguirre y Juan María Juaristi Zeler. Un hombre de la confianza de Egibar, como el guipuzcoano Peio Etxeberria, se ha aproximado a Sudupe en las últimas semanas. No obstante, este sector cuenta con el respaldo de Eusko Alkartasuna (EA), el socio electoral del PNV, que ya ha anunciado su intención de formar un Gobierno que avance hacia el soberanismo.
¿Y Xabier Arzalluz?. La opinión más extendida en el PNV es que respaldará a Ibarretxe, al que reconoce su mérito personal en la victoria del domingo. 'Arzalluz lo ha pasado muy mal y ha temido lo peor en las elecciones en las semanas pasadas. A la victoria de Ibarretxe y a su campaña moderada le debe que el último tramo de su mandato al frente del PNV sea satisfactorio', señalan en fuentes nacionalistas.
A Arzalluz le queda poco más de dos años para terminar su mandato como presidente del PNV. A partir de ahí se abre un relevo generacional que coincidirá, además, con la celebración de las elecciones municipales y forales de 2003. Ese será un momento clave, según presume el sector autonomista del PNV, para recomponer todo el mapa político vasco con nuevas alianzas en el Gobierno, las diputaciones forales y los ayuntamientos. En todo caso, el sector autonomista contempla esperanzado los primeros gestos de Ibarretxe -como su decisión de no contar con EH en la mesa de partidos que pretende convocar- así como su intervención, el domingo, en que apeló al acuerdo entre nacionalistas y no nacionalistas y su firmeza ante Arzalluz, en la campaña, obligándole a sumarse a su tesis de no contar con los votos de EH en la investidura.
Estos primeros gestos también coinciden parcialmente con las exigencias del PP y PSOE de rectificación al PNV.
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