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Dos muertos al volcar un camión cargado de sustancias peligrosas

Los fallecidos son el conductor y su novia, que le acompañaba en el viaje

F. Javier Barroso

El accidente ocurrió a las seis de la madrugada en el kilómetro 30 de la carretera de Burgos, en los carriles de entrada a la capital. El vehículo procedía de la zona norte de la Península e iba cargado con diferentes sustancias tóxicas y peligrosas, que trasladaba a una empresa de Alcobendas para su tratamiento y almacenaje. El vehículo disponía de todos los permisos reglamentarios, según confirmó un portavoz de la Dirección General de Tráfico (DGT).

Por causas todavía no esclarecidas, el camión se salió de la carretera y cayó por un pequeño terraplén, lo que le hizo volcar. La fuerza del choque provocó que la mujer saliera despedida a unos 10 metros. El joven conductor quedó atrapado entre los hierros del vehículo. Cuando llegó una UVI móvil del 061 del Insalud, la muchacha agonizaba y los intentos para reanimarla fueron vanos. Mientras, los bomberos intentaban desesperadamente abrirse paso entre el amasijo metálico en que quedó convertida la cabina para llegar hasta su novio, pero cuando lograron abrir un acceso comprobaron que estaba muerto. Los dos cuerpos fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense. Ambos jóvenes eran naturales de Coslada.

El camión transportaba, entre otras sustancias, 3.000 kilogramos de trifluoretano, un gas inerte que puede resultar asfixiante en un lugar cerrado. Sin embargo, en contacto con el aire, se evapora. También llevaba nitrocelulosa, una materia sólida muy inflamable y contaminante del agua; 35 botellas de nitrógeno puro; tres bidones de 200 litros cada uno con disolvente de pinturas, y amoniaco.

El director general de Calidad y Evaluación Medioambiental, Ignacio López-Galiacho, explicó que los bomberos, el personal de mantenimiento de la N-I y el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) actuaron de forma muy rápida para evitar que las sustancias tóxicas llegaran hasta el río o se filtraran al terreno. Se colocó un cordón de sepiolita (material arenoso muy absorbente) para frenar el derrame de los líquidos hacia el agua. Tan sólo parte del gasóleo del depósito del camión, destrozado por el siniestro, se vertió en la zona. Según señaló López-Galiacho, la cantidad fue muy pequeña y no supone, en principio, riesgo medioambiental para la zona. Éste suele filtrarse por el suelo sin mayores consecuencias. 'El principal problema fue que la carga del camión era muy variada y se mezclaban sustancias muy peligrosas como flúor, cloro o amoniaco. Por eso ha habido que actuar con mucha rapidez', señaló el director de Calidad y Evaluación Medioambiental.

Una grúa de grandes dimensiones levantó muy despacio al camión, ante el temor de que parte de su carga se desprendiera. Primero lo alejó del cauce del río unos 10 metros. Después lo puso en pie y comenzó el trabajo de retirada de toda la carga. Agentes del Seprona tomaron muestras del agua del río Guadalix, por encima y por debajo del lugar del accidente, para detectar si estaba contaminada por la rotura de una bombona de gas pesado. También comprobaron si se había concentrado algún gas en la atmósfera. Los resultados se conocerán, según señalaron fuentes del instituto armado, la próxima semana.

El tráfico de la carretera de Burgos no se vio afectado en ningún momento, según la DGT.

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Una grúa levantaba ayer el camión que volcó en el kilómetro 30 de la carretera de Burgos.
Una grúa levantaba ayer el camión que volcó en el kilómetro 30 de la carretera de Burgos.EFE

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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