Un pediatra para Edwin

Edwin nació hace un mes y 16 días en el Hospital General de Alicante con un riñón más grande que el otro. Nada más recibir el alta, su madre, colombiana de 34 años, comenzó un tortuoso peregrinaje por centros de la Consejería de Sanidad para que a su hijo le asignaran un pediatra, porque el bebé, según le dijeron los médicos, precisa tratamiento y seguimiento. El viernes pasado Edwin recayó y ahora está ingresado en el mismo centro donde nació.

Mientras la madre pasa los días en las salas de espera de los centros de salud y se ve inundada de formularios y otro papeles cuando reclama un pediatra para su hijo, el padre, también colombiano, vela sus noches en una angosta acera de la calle San Fernando de Alicante, haciendo una cola tan infinita como inútil ante la Oficina de Extranjeros. Hoy, ni Edwin tiene pediatra ni sus padres papeles.

¿Es capaz la Administración de cumplir el acuerdo que posibilita la regularización de todos aquellos que acrediten haber llegado a la Comunidad antes del 23 de enero? Ahora, un mes después de aquel acontecimiento, casi nadie lo duda. Pero, ¿en qué condiciones?

Un periodista de EL PAÍS comprobó en Alicante ante las ventanillas de la Administración cómo la madre de Edwin sufrió nuevamente la flema de la burocracia. Los funcionarios le informaron amablemente que, por el momento, Edwin seguirá sin pediatra.