El cómic español, ¿vive o ha muerto?

Carlos Giménez (Madrid, 1941) y Mauro Entrialgo (Vitoria, 1965) son dos dibujantes conocidos en España. No les falta trabajo, aunque para ganarse la vida han reorientado sus facultades hacia mundos como el cine y el teatro. Y ambos cuentan con personajes y álbumes que destacan sobre el resto de su obra: Hermino Bolaextra es tan popular como su autor (Entrialgo) y la serie Paracuellos, cinco lustros después de su inicio, mantiene ocupado a Giménez rememorando sus vivencias en los hogares de Auxilio Social falangistas.

Como se ve, existen numerosos paralelismos entre ambos, pero su paso por Fant 2001, la séptima Muestra de Cine Fantástico de Bilbao, ha destapado que difieren en su visión del estado de salud del cómic español. A Giménez le produce desazón acercarse a un quiosco de prensa y no tiene reparos en afirmar que 'la gente joven que se quiere dedicar a esto no tiene ninguna posibilidad, ya que no hay ninguna revista de historietas'. Es más, según él, 'el teatro está, si no muerto, mal enterrado, pero del cómic sí se puede decir que está muerto y bien enterrado'. 'Lo que pasa es que siempre hay algún muerto que quiere salir de la tumba, siempre hay alguien que hace esfuerzos desesperados por levantar la lápida', afirma quien, pese a su pesimismo, acaba de publicar Cuentos del 2000 y pico, reunión de narraciones clásicas adaptadas a los tiempos que corren (Pulgarcito negro, La Bella Durmiente radioactiva), y Paracuellos 4.

'Hay 'mangas'

Mauro Entrialgo no comulga con dichas opiniones. 'Supongo que cuando Carlos Giménez dice que el cómic está muerto se refiere al de los años ochenta, que es el que conoce. En el quiosco te encuentras El Jueves, por ejemplo, que vende 80.000 todas las semanas. Si juntas su tirada te das cuenta de que vende más que La Razón. El medio no ha muerto, ya que en el quiosco hay mangas, y el manga es cómic. Lo que pasa es que el cómic de los años ochenta, que hacían él y los de su generación, lo sigue muchísima menos gente', asegura el miembro fundador y consejero de la publicación TMEO, premiada en el reciente Salón del Cómic de Barcelona como mejor fanzine.

Donde tampoco encuentran un principio de acuerdo es en la esperanza de que Internet se consolide como tabla de salvación del género. Algo que defiende Giménez. 'He hecho una página web porque no soy de los que tiran la toalla, y pienso que hay que seguir. Hemos llegado al borde de un precipicio, pero hay un puente que es Internet. Y aunque aparentemente sea un puente no muy seguro, hay que intentarlo', asegura un madrileño que se acaba de convertir en el primer autor que ofrece la posibilidad de descargar, previo pago de tres dólares, una de sus obras (Jonas, en la isla que nunca existió) desde su página web: www.carlosgimenez.com.

Una iniciativa que para Entrialgo es casi una aberración. 'A mí Internet me parece un medio totalmente distinto. El cómic leído en Internet me parece una cosa superaburrida. El cómic es para leerlo al merendar o para llevarlo al váter; yo lo quiero impreso. Lo otro es como si se inventa el cine y empiezas a rodar viñetas, no tiene sentido', discrepa Mauro Entrialgo.

Y, como él, puede que sean muchos los recelosos, algo que no ignora Giménez. 'Ser el primero me hace ser desconfiado, porque digo que no será una idea muy brillante cuando no se le ha ocurrido a nadie antes. Pero yo me he caracterizado siempre por ser, en ciertos aspectos de mi profesión, el primero en dar pasos adelante', dice un dibujante cuyos tebeos siguen teniendo una intención muy clara: 'Molestar a los que quiero molestar'. Y relata: 'A los capitalistas, los chapuzas, los frívolos, los racistas, los fascistas y demás lacras. A la gente muy de derechas'.

En lo que se refiere a sus proyectos particulares, Entrialgo verá estrenado el próximo 13 de abril Gente pez, largometraje para el que ha preparado un guión junto al director Jorge Iglesias ('lo que te haga gracia es mío, lo que no de Iglesias'). Mientras, Giménez trabaja en el story-board de la próxima película de Pedro Almodóvar y asegura tener preparada incluso parte de Paracuellos 7.