Pedro Halffter pide a las orquestas españolas que abran paso a los jóvenes

Vive empeñado en que la gente no piense que su familia tiene que ver con un defensa del Bayern Múnich. "El otro día en un concurso de televisión preguntaron con qué se relacionaba mi apellido y respondieron eso", cuenta con cierto retintín. Parece serio y discreto, aunque llama la atención la chaqueta de pana color mostaza que se ha plantado para responder a lo que le pregunten.

Comparece porque le toca sustituir al maestro García Navarro en el concierto sinfónico que dirige hoy en el Teatro Real. "Ojalá las orquestas españolas tomaran nota y dieran más oportunidades a jóvenes de mi generación. Tenemos muchas más formaciones musicales, pero las ofertas para gente de mi edad siguen siendo las mismas", cuenta. "En mi caso no me quejo, he podido dirigir en este teatro más de una vez, entre otras cosas el Quijote de mi padre, pero, aun así, trabajo más en Alemania que en España". Y añade: "Es muy importante ese paso. En cuestión de formación, el panorama en España es bueno, con becas y ayudas de fundaciones, pero falta el siguiente escalón, dejarles salir al escenario".

Luego se dedica a desmentir rumores. ¿Es verdad que a usted le habían ofrecido ser director titular de una orquesta española, la de Castilla y León, para ser exactos? Respuesta: "Primero, yo, por ser titular no voy a encargarme de ninguna orquesta, tiene que haber un proyecto cultural detrás. Segundo, a mí nadie me lo ha ofrecido. Tercero, lo que ocurre con esa orquesta es una vergüenza. Han pasado por ella tres directores gerentes en un año y no saben con qué empiezan la temporada que viene".

También hay palabras para la Orquesta Sinfónica de Madrid y el Coro: "Son las dos joyas escondidas de esta ciudad. No entiendo a los que ponen peros a esta orquesta, está al nivel de las grandes europeas y eso yo lo puedo confirmar, hay que venir a disfrutar y animar a nuestros músicos como animamos a nuestro equipo de fútbol". Eso quizá necesite de algún refuerzo didáctico. "No sé por qué en España no se organizan más conciertos didácticos. No hay que tener complejos. En Núremberg, que es la ciudad alemana con más índice de universitarios, se hacen para público mayor, no para niños; se explica una pieza y luego se interpreta entera, así es como se profundiza en la música y se crean públicos entendidos". "¿Por qué no sale de la sala y lo propone como proyecto?", le suelta alguien. "Ahora mismo", contesta.