De hadas, magos, melenas y tachuelas
Este quinteto argentino que ha salvaguardado a lo largo de la última década las viejas esencias del heavy metal de los setenta y ochenta regresó a Madrid en una gira que les lleva por diversas capitales y festivales en nuestro país. Con sus modos a la antigua usanza metálica, canciones de rock melódico y solos apabullantes, el grupo liderado por el guitarrista Walter Giardino repasó ante una audiencia enfervorizada los mejores temas de su repertorio, recogidos en un disco doble titulado, sin modestia alguna, Grandes canciones. Temáticas mitológicas y medievalistas, letras un tanto toscas, gran nivel de comunicación con la audiencia y buen y efectivo sonido fueron sus armas en apenas dos horas de actuación.
A tenor de los tiempos que se viven, el concepto de la banda resulta francamente anacrónico, pero, teniendo en cuenta el nivel de despiste estético que atraviesan los sonidos duros, tal vez sea esa vuelta atrás lo que la horda pesada reclama, como demuestra en España el caso de Mago de Oz. De nuevo melenas y muñequeras de tachuelas ocupan el lugar de los cráneos pelados y los rugidos al modo Pantera.