_
_
_
_
_
Reportaje:

Locura en la Barceloneta

Una mujer trastornada mata a su bebé de tres meses al arrojarlo al vacío desde una cuarta planta

'Oí un ruido, salí a la calle y vi a un bebé en el asfalto. Su madre estaba en el balcón y los vecinos decían que lo acababa de tirar desde el cuarto piso. El niño todavía vivía y no le salía sangre por ningún sitio. Intenté reanimarlo, pero enseguida vino la policía y se lo llevó al hospital. La televisión acaba de decir que ha muerto'. Dolores, empleada de una pastelería del barrio de la Barceloneta, relataba ayer con los ojos empañados el dramático parricidio de un bebé de tres meses defenestrado en un ataque de locura por su madre, Montserrat Bela Yumbe, de 32 años y de nacionalidad guineana.

Todo ocurrió de forma muy rápida, tanto que a los vecinos les costaba creer lo que sus ojos estaban viendo. Sobre las 11.45 horas, la mujer salió al balcón de su vivienda, en el número 61 de la calle del Mar, una de esas estrechas callejuelas tan típicas de la Barceloneta. Llevaba a un bebé en los brazos, vestido con un jersey azul y un pañal. Sin mediar palabra, y por causas que se desconocen, lo arrojó a la calle. El cuerpo del niño impactó contra el techo de un vehículo estacionado y después quedó tendido en el asfalto. Poco después, la mujer arrojó a la calle todo lo que encontró a mano: una lata de pintura, las prendas de ropa que estaban tendidas en el balcón, la tabla de planchar, una maceta.

Más información
Un piso de 40 metros

A escasos metros de la casa está la comisaría de la Barceloneta: uno de sus coches camuflados llegó enseguida y se llevó al niño al servicio de urgencias del hospital del Mar. En esos segundos de espera, Dolores comprobó que el bebé estaba con vida. Le hizo masajes en la barriga, pero el pequeño no reaccionaba. Tampoco lloraba, lo que hizo temer lo peor. A las 13.15 horas, el pequeño murió en el hospital del Mar, en donde tampoco reaccionó a los intentos para reanimarlo. Politraumatismo generalizado y afectación de diferentes órganos y sistemas vitales, explicaron los médicos para definir la causa que produjo la muerte del niño, Giulio.

Su padre, de nacionalidad italiana, estaba trabajando en un restaurante del barrio cuando ocurrieron los hechos. Después de las dos de la tarde acudió a la casa y se enteró de lo ocurrido.

Mientras el niño se debatía entre la vida y la muerte en el hospital, su madre seguía en el balcón de la casa, trastornada, vestida con una bata roja. La calle estaba ya abarrotada de gente, pendiente de ella. La mujer llegó a subirse a la barandilla del balcón y amenazó a gritos con lanzarse al vacío para acabar con su vida. Muchos de los vecinos allí congregados, en lugar de disuadirla, la alentaban a que lo hiciera. 'Tírate, tírate', le gritaban.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Pero la mujer no cumplió su amenaza. La policía subió enseguida a la vivienda y, en la calle, pidió a los vecinos que se fueran a sus casas. Se acabó el espectáculo. Luego llegaron los fotógrafos de todos los diarios y las cámaras de televisión de todas las cadenas, locales, catalanas y españolas. 'No parece que la mujer intentara suicidarse', afirmó horas después un portavoz policial.

Ingreso en el psiquiátrico

La madre fue conducida por la policía al hospital psiquiátrico de Sant Boi de Llobregat. Los especialistas tienen tres días de plazo para reconocerla y, con esos informes, el juez decidirá si la ingresa o no en ese centro. Mientras tanto, en el barrio, los vecinos atendían a las cámaras y hacían todo tipo de especulaciones, algunas de ellas relacionadas con el color de la piel de la mujer.

'A esa no la he visto nunca embarazada y no me extrañaría que el hijo no fuera suyo', explicaba una vecina de edad avanzada. La policía fue rotunda y rechazó cualquier duda sobre la maternidad o sobre la paternidad del bebé. A toro pasado, como suele ocurrir, más de un vecino relataba que ya sospechaba sobre el comportamiento antisocial de la pareja, que llevaba más de un año viviendo en ese inmueble.

Los conciudadanos urdían todo tipo de explicaciones para echar más leña al fuego, como por ejemplo afirmar que el hombre pegaba a la mujer. La policía dejó claro que no constaba que así fuera y recordó que el hombre no tenía antecedentes penales ni policiales por ningún motivo. Puestos a especular, no faltó tampoco quien aludiera a otro argumento clásico, como es que la pareja, y especialmente ella, eran adictos a la heroína. Pero la policía registró la casa y tomó declaración a ambos sin encontrar ningún dato para avalar esa idea. 'A la mujer se le ha ido la cabeza y ha hecho lo que ha hecho porque estaba ida', decía anoche el mismo portavoz policial.

En el centro, el balcón desde el que la mujer lanzó al vacío a su hijo, en una cuarta planta.
En el centro, el balcón desde el que la mujer lanzó al vacío a su hijo, en una cuarta planta.JOAN SÁNCHEZ

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_