Un símbolo amenazado

Los vecinos de Villa del Río (Córdoba) se concentrarán hoy sábado ante el puente romano que hay en la salida del pueblo hacia Jaén, a pocos metros de la autovía de Andalucía. Quieren reafirmar su oposición al posible traslado del que es el principal monumento y seña de identidad de este municipio cordobés.

Los habitantes recelan de las intenciones del Ministerio de Fomento, que ha emprendido un expediente para la restauración o, en su caso, el cambio de lugar del puente bajo el argumento de acabar con un obstáculo que, según dijo en su día el anterior subdelegado del Gobierno en Córdoba, Juan Antonio Linares, era el causante de las graves inundaciones sufridas por este municipio en los últimos años. Como la del año 1997, cuando el municipio fue declarado zona catastrófica por las riadas.

'No queremos ni oír hablar de un traslado, es nuestro principal patrimonio y el monumento que más nos identifica', asegura Juan Menor, miembro de la plataforma vecinal creada en Villa del Río para la defensa del puente, de más de 100 metros de longitud y que que, según los historiadores, ya formaba parte de la antigua vía Augusta, la calzada que el emperador romano Augusto ordenó construir desde Tarragona a Cádiz.

Los temores de los vecinos se han acrecentado a medida que crecía la rumorología, según la cual, de producirse un traslado, el puente quedaría en el municipio jiennense de Lopera, cuya demarcación geográfica está a escasos metros del puente. Quienes sostienen esa idea creen que sería la única alternativa para que el puente salvara las embestidas del arroyo Salado, cuyas aguas desembocan unos metros más abajo en el Guadalquivir.

Sin embargo, los alcaldes de Villa del Río y de Lopera se encargaron ayer de zanjar cualquier atisbo de discordia entre los dos pueblos. Es más, los dos coinciden en que, lejos de separar, el puente debe unir aún más a dos localidades vecinas y amigas. 'Nosotros sólo queremos lo mejor para el puente, y si eso pasa por que se quede donde está pues lo apoyaremos', decía el primer edil de Lopera, Pedro Valenzuela, de IU. Su colega de Villa del Río, Juan Calleja, del PSOE, tampoco tuvo inconveniente alguno en sellar, en el mismo puente, un pacto de concordia y buenas relaciones con Lopera.

Pero haya o no traslado, la plataforma vecinal creada en Villa del Río, que cuenta con el respaldo de todos los colectivos sociales y los tres grupos municipales (PSOE, PP e IU), está preocupada también por el estado de conservación del puente, declarado monumento de interés cultural en el año 1931. 'Exigimos una rehabilitación respetuosa y una mejora de los accesos peatonales para que no tengamos que rodear más de cuatro kilómetros para poder acceder a él', indica el representante de la plataforma, Juan Menor.

El alcalde del municipio cordobés señala que la solución para acabar con el riesgo de avenidas cada vez que se producen lluvias torrenciales pasa por la canalización de los dos arroyos que confluyen en el Guadalquivir, el Salado y el de Las Cañas, y la construcción de un colector para que el cauce discurra por un nivel más bajo al del puente.

Aunque la Subdelegación del Gobierno en Córdoba parece haber dado marcha atrás en su pretensión inicial, los vecinos de Villa del Río no las tienen aún todas consigo. Sobre todo por las sospechas que les produce el sigilo con el que una empresa contratada por Fomento ha iniciado esta última semana unas misteriosas obras en el puente. Por eso están citados hoy sobre la antigua calzada romana.