La Unión Sevillana del Taxi reconoce las infracciones que denuncia la OCU, aunque las considera menores

Padilla preside una organización que agrupa a 900 de los 2.308 taxistas que trabajan en Sevilla, un colectivo al que la OCU acusa, principalmente, de cobros abusivos en las carreras desde el aeropuerto o cuando los clientes son extranjeros, de la colocación defectuosa del taxímetro en el taxi, de la falta de tablas con las tarifas en los vehículos o de cumplimentación defectuosa de las facturas.

Sobre el cobro abusivo en las carreras desde el aeropuerto, en las que los extranjeros son las víctimas habituales, Padilla considera injusto que todo el sector pague por las infracciones que cometen 'una minoría de desaprensivos' y que extiende también a recorridos por la ciudad.

La Unión Sevillana del Taxi colabora con el Ayuntamiento de Sevilla en la instauración de turnos rotatorios en la parada del aeropuerto, medida impulsada por la delegación de Tráfico y Transportes para disolver al grupo habitual de taxistas que trabaja allí y que, según las denuncias que recibe la policía local, son los que suelen cometer los cobros abusivos.

Padilla, además, propone otras medidas como imponer una tarifa única para los viajes entre Sevilla y el aeropuerto o montar allí mesas informativas sobre los servicios y tarifas del taxi, pero reclama al Ayuntamiento que tome la iniciativa.

Otras de las irregularidades denunciadas por la OCU son consideradas menores por Padilla. La colocación defectuosa de los taxímetros, por ejemplo. La normativa exige que vayan ubicados a la derecha del salpicadero, una colocación que tiene su origen en aquellos contadores que eran grandes aparatos mecánicos. Los actuales digitales suelen ocupar el lugar que en otros coches se destina a los equipos de música. Una diferencia a la que Padilla no da ninguna importancia, ya que los considera igualmente visibles en un lugar o en el otro.

El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, afirmó ayer que la inmensa mayoría de los taxistas sevillanos son profesionales y rigurosos y que, como en todos los colectivos, hay una minoría que es la excepción. Monteseirín dijo que es una contradicción que el estudio de la OCU afirme que el peor servicio se da en Sevilla y que, a la vez, la ciudad tiene la mejor normativa y animó a que administración, taxistas y consumidores hagan un esfuerzo para superar esa contradicción.