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Pedro Ugarte reivindica el humor y la ironía en 'Manual para extranjeros'

El libro, reeditado tras ocho años, marcó el estilo de su obra posterior

El libro no toma su título de uno de los cuentos que incluye. Manual para extranjeros tiene un doble sentido, explica el autor. 'Todos tenemos la sensación de que la sociedad es algo perfecto, donde todo se mueve con naturalidad, y sólo nosotros tenemos que adaptarnos al montaje, sin darnos cuenta que a los demás les pasa lo mismo. Esa sensación de extranjería es típica de la contemporaneidad', prosigue Ugarte. 'Por otra parte, es un manual para nuestros visitantes. Un par de cuentos tratan de las formas sociales que se viven en un contexto político como éste'.

Manual para extranjeros ha sido reeditado -'una suerte en medio de un mercado que quiere explotar los libros en el menor tiempo posible', dice el autor- tan sólo con unas correcciones estilísticas que han dejado el libro prácticamente como era. Ya en el prólogo, Ugarte avisa al lector que la obra ha sido 'su secreta guía personal', porque después de varios intentos encontró en esos relatos el camino por el que quería circular en la literatura.

El narrador, un hombre que habla en primera persona, no tiene nombre, pero es ya Jorge, el protagonista de La isla de Komodo, Una ciudad del norte y Los cuerpos de las nadadoras (finalista del Premio Herralde en 1996 y Premio Euskadi de Literatura al año siguiente). Y como en toda su obra posterior, los relatos usan las armas del humor y la ironía. 'En la literatura, y en la vida, lo único que te legitima para meterte con los demás es empezar por ironizar sobre uno mismo. El irónico puede llegar a ser piadoso, a diferencia del sarcástico que tiene un excelente humor para hablar de los demás, pero resulta malhumorado si alguien hace una alusión a su persona'.

Ugarte no teme que los lectores se sientan decepcionados por unos relatos del inicio de su carrera. 'Un escritor parece un individuo vanidoso al que le gusta ver su obra impresa', dice. 'La contrapartida es que todo el mundo tiene derecho a decir qué le parece el libro'.

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