El tiempo y el crimen

Un asesinato se debe analizar aun entre maldiciones. Hay que decir que es condenable, execrable, todo lo que en realidad es. Es una pena de muerte contra un hombre tenido por inocente, sin juicio ni defensa. Peor que Bush. El análisis: piensan que es para dar votos al PP (la política de lo peor); los piden en nombre del muerto, como Juaristi en Abc y el editorial del mismo diario. Otros suponen que lo hacen para que pierda el PNV, por traidor: renegado de soberanía y de independencia. En todo caso, nadie deja de relacionar este asesinato con las elecciones.

La primera frase del editorial de este periódico es más clara: no es que ETA haya vuelto, es que no se ha ido. Añado por mi arriesgada cuenta que a ETA no le importan estas elecciones, que mata ahora y matará después: porque es su política concreta, porque está en guerra y puede perderla o ganarla, pero nada más. Más bien le debe parecer que estas elecciones precipitadas, este asalto de la extranjería -nosotros- a sus cortes, esta inaudita campaña masiva que destroza la libertad de prensa, les dan la razón y suponen un triunfo. Creo que están ganando desde la tregua; desde que Mayor Oreja la llamase estúpidamente 'falsa tregua' y les facilitó que puedan presumir de dar una ocasión de paz larga y nadie los atendió. Ganan al mostrar que PP y PSOE forman un solo grupo que representa España, y no opciones políticas: si a este grupo se une el PNV en un Gobierno, mostrarán el abandono de toda legitimidad política para convertirla en policiaca. Y ojalá se convirtiera en policiaca y acabara con el terrorismo: pero no va a pasar.

Han creado entre nosotros la histeria, la anulación de las opiniones privadas, la caza de brujas, los odios entre pacifistas, la sospecha de que el fondo de las elecciones es aumentar el poder nacional de Aznar; han multiplicado el miedo en el País Vasco y en toda España, han conseguido el olvido de los problemas nacionales, la cuestión de los otros muertos, han convertido en sospechosa la necesidad de pensar, han puesto la Constitución y el Estatuto en santos tronos que no merecen: han conseguido que sus enemigos se enorgullezcan de ser 'constitucionalistas', como si fueran bíblicos o evangelistas. Me parece mal -en el fondo me da lo mismo que gane Mayor o Ibarretxe, que el PSOE nacional se entregue de esta manera- todo lo que pase. Porque ETA, como se dice aquí, no se ha ido nunca.