El Vaticano se desmarca de la dureza siria contra Israel

No se ha diluido la polémica por el discurso pronunciado por el Pontífice el sábado en Damasco, en el que pidió el cumplimiento de las resoluciones de la ONU, lo que fue interpretado como una velada condena a la política israelí. Por segundo día consecutivo, el Vaticano ha salido al paso de las críticas por el tono antiisraelí que está adoptando la visita del Papa a Siria, y en especial por las palabras del presidente Bachar el Asad, quien acusó a Israel de profanar los Santos Lugares, y las del muftí de Damasco, Adman Koftano, para quien 'con la formación del Estado de Israel no se quiere dejar en paz ni a cristianos ni a musulmanes'. El portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro-Valls, ya declaró el domingo que las palabras de El Asad eran 'cosa suya', pero esta justificación no ha acallado las críticas. 'Nadie puede buscar un significado distinto a la visita del Papa', dijo el portavoz de la Santa Sede.

Tampoco el acto de ayer en Quneitra, en los altos del Golán, estuvo exento de polémica, y se llegó a insinuar que la visita a la localidad destruida por los israelíes era una condición del régimen sirio para que Juan Pablo II pudiera visitar Siria. 'La visita no ha sido impuesta', aseguró tajante Navarro-Valls.

La máxima autoridad religiosa de Israel, el gran rabino Meir Israel Lau, quiso ayer en Madrid quitar hierro al silencio de Juan Pablo II frente a los ataques de El Asad, quien llegó a declarar que 'el racismo de Israel supera al nazismo'. Lau señaló que quizá el Pontífice 'no oyó esto o no lo entendió', y dejó claro que 'el Papa siempre ha condenado el antisemitismo, porque está emocionalmente involucrado en la tragedia del pueblo judío'. Sin embargo, el gran rabino cargó las tintas sobre el presidente sirio, cuyo tono 'dificulta el diálogo y retrotrae a épocas anteriores, alejando la paz'. Para Lau, no se trata sólo de que Israel acate la resolución de la ONU relativa a la devolución de los territorios ocupados. 'Existe otra resolución anterior que establece la existencia del Estado judío [en mayo cumple 53 años] en su territorio histórico y que tiene que acatarse de iure, y no sólo de facto, por la parte árabe'. Lau se entrevistó con el rey Juan Carlos, a quien pidió que medie por los nueve soldados israelíes desaparecidos en Líbano.