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EL PERSONAJE | FÚTBOL | La resaca de la jornada

Goles con gratitud

Paunovic salva por ahora la cabeza de Antic, su valedor, en el Oviedo

Veljko Paunovic está demostrando que en Yugoslavia también tiene sentido el refrán 'de bien nacidos es ser agradecidos'. El serbio (Strumica, 21-8-1977) ha salvado literalmente la cabeza de su entrenador, Radomir Antic, con tres goles en los dos últimos partidos. Sobre todo, con el que consiguió en Málaga, que dio al Oviedo un punto tras una semana marcada por las tensiones entre el entrenador y la plantilla. Por si quedaba alguna duda, Paunovic corrió hacia el banquillo de La Rosaleda para abrazarse con Antic.

En un par de semanas, el panorama de Paunovic ha cambiado radicalmente. Había llegado en diciembre, cedido por el Atlético de Madrid, en el que pasaba su infierno particular como suplente o en la grada. En algún sector se puso en duda la rentabilidad de un jugador que era reserva en la Segunda División, pero al principio pesó más la fama de Antic como rehabilitador de casos perdidos, especialmente de compatriotas. Con Paunovic, sin embargo, el Oviedo empezó la cuesta abajo.

La falta de sintonía entre Paunovic y el oviedismo estalló frente al Alavés. El jugador respondió a las protestas con un gesto reprobable al ser sustituido. Después acabó de arreglar el asunto al declarar a Marca que daba las gracias a los aficionados que le habían apoyado y que los demás se fueran 'a tomar por...'.

La situación siguió pudriéndose hasta que, a cinco minutos del final del partido de Málaga, Paunovic logró el empate. En el palco estaba el consejo de administración del Oviedo casi al completo, en lo que se interpretó como un juicio sumarísimo a Antic. El técnico había pasado su semana más difícil y llegado a encerrarse en el vestuario con los jugadores, que le exigieron que rectificase sus manifestaciones críticas hacia ellos. Paunovic fue uno de los pocos que le respaldó.

En el Atlético no se tiene a Paunovic por un pretoriano de Antic, pero quizá Veljko no se olvida de quién le abrió las puertas del fútbol español. En la temporada 1995-96, un año después del breve paso de su padre por el banquillo del Logroñés, Paunovic fichó por el Atlético y jugó cedido en el Marbella, una especie de filial. En los dos cursos siguientes alternó el Atlético B con el primer equipo, al que volvió el pasado tras otra cesión en el Mallorca. Ahora arrima el hombro para no apuntarse su segundo descenso consecutivo de la mano de Antic, pero, en definitiva, el futuro inmediato de ambos parece lejos de Oviedo.

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