El miedo a la inmigración frente al temor a perder ayudas

'Como italiano, no creo que vaya a haber una invasión de inmigrantes sobre Alemania y Austria', aseguraba ayer el presidente de la Comisión. 'España no aspira a recibir indefinidamente fondos', señala el ministro español de Exteriores, Josep Piqué. Pero lo cierto es que los dos miedos mayores que despiertan la ampliación al Este -inmigrantes y reparto de fondos- ya han quedado sobre la mesa de negociaciones de los Quince. Alemania y Austria (por la inmigración), España (porque teme que le recorten al máximo las ayudas) y Francia (por el impacto agrícola de la entrada de países como Polonia) ya plantean posibles soluciones para defender sus intereses. Eso sí, todas amenazan a su vez los intereses de los 13 candidatos, cuyos ministros de Exteriores asistieron ayer atónitos a la reunión de Nyköping (Suecia). El polaco, Wladyslaw Bartoszewski, habló claramente de 'discriminación'.

Los países candidatos son Polonia, Lituania, Letonia, Estonia, República Checa, Hungría, Esvolaquia, Chipre, Malta, Bulgaria, Rumania, Eslovenia y, en un escalón diferenciado, Turquía. Su renta per cápita se sitúa alrededor del 40% de la media en la UE. España dobla ese porcentaje, pero 11 regiones españolas no superan el 75% del PIB medio por habitante en la UE y por eso reciben unas ayudas de casi un billón de pesetas anuales.

Con el ingreso de esos países, los porcentajes medios de riqueza en España superarán ese umbral mínimo para recibir fondos. Pero el Gobierno español argumenta que de ese 'efecto estadístico' no puede deducirse que España ya tiene un desarrollo equiparable al resto de la UE, por lo que será necesario que siga recibiendo ayudas. Propone que se pacte un umbral para los actuales Quince y otro para los candidatos.

Sobre la inmigración, los estudios que maneja la Comisión descartan tales avalanchas y señalan que, sólo en Alemania, el envejecimiento de la población hará necesaria la incorporación anual de 350.000 inmigrantes.