Lolita le echa rumba al bolero
La cantante asume la herencia musical de su padre en su nuevo disco
Su reciente disco, Lola, Lolita, Lola, está siendo un éxito de ventas. La cantante se encuentra en un momento apacible, aunque ella diga que no tiene amores a la vista, ni siquiera un desvarío que llevarse al alma. Pero se lleva bien consigo misma y cuida los jardines interiores. Eso no implica que haya abandonado el exterior, porque Lolita es carne de madrugada. De hecho, en más de una ocasión ha declarado que se hizo artista 'para no tener que madrugar'.
El próximo 15 de mayo comienza en Madrid un gira que concluirá en América a finales de año. Va de bolero total, con el empaque gitano de la rumba flamenca. Es algo que lleva muy dentro: su padre, Antonio González, El Pescaílla, era un gitano de Barcelona que inventó la rumba catalana, algo que el mismo Peret ha reconocido en múltiples ocasiones. Ella recuerda con inmenso cariño: 'Algunas de las canciones de este disco se las había oído a mi padre cuando yo tenía 12 o 13 años. Eso no quiere decir que este álbum sea un homenaje; un guiño sí que puede ser, pero no un homenaje en regla, que quizá algún día haremos'.
Lolita de vez en cuando habla en plural, pero no es un plural mayestático, sino que cuando habla así lo está haciendo en nombre de su hermana Rosario. Son carne y uña, aunque aparentemente se muevan en satélites alejados entre sí. Además, Rosario ya tiene preparado todo para el lanzamiento de su nuevo disco. Lolita define las afinidades y diferencias entre ambas: 'Yo canto mejor que ella, pero ella es mejor artista. Rosario es de plaza de toros, yo de teatro y cabaré. A mi hermana le sale por todas partes el Jerez de nuestra madre; a mí me va la Cataluña de mi padre. Yo soy de Curro Romero; ella, de Ponce y El Cordobés. Y así está la cosa'.
Hija de la fama
Ser hija de la Faraona marca mucho, desde luego: 'Es algo así como ser hija de Isabel la Católica o Agustina de Aragón, porque ella, además de tener una personalidad impresionante, era un personaje, la verdad. Yo me llamo Lolita, pero nunca seré Lola como ella; acaso cuando sea mayor me llamen doña Lola'.
Su padre está presente de forma sutil en el disco. Mía, el bolero firmado por Armando Manzanero, comienza con unos rasgueos de Antonio González: 'Manzanero es la persona que mejor escribe de amor. Esa canción ya la cantaba con mi padre cuando yo tenía 17 años. Y lo cantábamos a nuestro son, al son gitano, con aire de rumba y de juerga'.
Lolita ha visto en directo a cientos de artistas desde que era una cría, pero tiene muy claro las actuaciones que más le han impresionado: 'En primer lugar, Lola Flores en la sala Cleofás, de Madrid, en 1986. Luego, Michael Jackson en Marbella, en 1989. Y la tercera, mi hermana Rosario en Palma de Mallorca, en 1995'.
En estos días se está comercializando el segundo sencillo del álbum, Sarandonga, una pieza llena de ritmo, palmas, cajones, guitarras, risas y despendole: 'Cuando yo tenía dinero me llamaban don Tomás. Como ahora ya no lo tengo, me llaman Tomás ná má'. Esa canción ya la cantaba también El Pescaílla, y está firmada por Francisco Repilado Muñoz, más conocido como Compay Segundo.
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