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'Lucho por mi independencia'

Alfonso Cortés Guerra tiene 20 años y estudia 3º de Derecho en la Universidad de Extremadura. A pesar de sufrir ceguera y osteoporosis de nacimiento, sus notas rondan el ocho de media. 'Fui superando todas las trabas gracias a mis padres', asegura. Querían evitar que le pasara lo que a su hermano mayor. Por ser ciego y autista le fueron 'cerrando en su mundo y no le aceptaron en la sociedad'. Alfonso siempre ha luchado por su integración e independencia. Asiste todos los días a clase y vive 'sin ayuda de nadie' en una residencia adaptada de Cáceres. En su casa se mueve con muletas, y en el campus, en silla de ruedas guiado por un objetor de conciencia. Toma los apuntes con un pequeño ordenador y las fotocopias y los libros de texto se los transcriben gratuitamente al braille en la ONCE. 'Lo malo es que no me llegan hasta finales de enero, justo antes de los parciales'. Pero no se queja. 'Las dificultades me enriquecen', afirma. Vive inmerso en una batalla por superar barreras y conseguir subvenciones, como la que necesita para comprarse un ordenador con voz incorporada. Es un luchador que quiere dedicarse al Derecho para 'combatir las injusticias del mundo'. Y mientras se divierte 'apurando los últimos fines de semana de botellón con los amigos antes de los exámenes'.

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