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Abierto de Francia | GOLF

Olazábal sigue siendo único

El jugador vasco consigue en Lyón el primer triunfo de la temporada para el golf español

Carlos Arribas

Desde 1994 un solo golfista español es capaz de ganar torneos grandes; en 2000 un solo jugador español fue capaz de ganar un torneo cualquiera de circuito importante; en 2001 un solo golfista español ha sido capaz de ganar un torneo hasta ahora. Ese jugador adornado por la singularidad positiva en tiempos duros para el golf español no es otro que José María Olazábal. El jugador de Hondarribia colocó ayer la última piedra de su carrera única al ganar en Lyón, en el campo de los Jabalíes, el Open de Francia, el torneo más antiguo que se juega en la Europa continental.

'No está mal, no está pero que nada mal', aseguró un eufórico Olazábal después de asegurarse con un birdie en el 18º su victoria por dos golpes de ventaja sobre su viejo y querido amigo italiano Costantino Rocca en un campo tan inundado por las lluvias que no había calle sin su enorme charco ni hubo día en que se pudiera terminar la jornada prevista excepto ayer domingo, en que cada golfista tuvo que jugar dos vueltas de 18 hoyos. 'Y no está nada mal sobre todo porque no estoy pero que nada contento de cómo he jugado el fin de semana. Empecé bien, pero al final me tuve que agarrar al resultado. Y conseguir ganar sin estar al 100% está muy bien'.

Quienes le vieron jugar aseguran que Olazábal, todo un experto de 35 años, un corazón ganador, no anduvo nada fino con el driver (como suele ser habitual los últimos años), pero que fue capaz de tirar adelante jugando a la defensiva: golpes bajos y abiertos, buenos hierros y putter afinado cuando hacía falta. 'Siempre hay medios para buscar un buen resultado', aseguró el feliz Olazábal. 'Fue una lucha conmigo mismo para intentar mantenerme calmo y extraer lo máximo de cada golpe porque, como se ha visto, no le he dado muy bien con el driver'.

Olazábal también estaba feliz porque la victoria (y los 216.660 euros, unos 36 millones de pesetas, que lleva aparejados) le llega en un momento especial, entre dos fechas contrarias.

Hace un par de semanas tuvo que hacer las maletas y marcharse de Valencia antes de tiempo al no superar el corte en el Open de España; este jueves empieza en The Belfry, junto a Birmingham, el campo en que se jugará la próxima Ryder Cup, el Benson & Hedges, justamente el penúltimo de los 19 torneos del circuito europeo que hasta ayer había conseguido el ganador de la chaqueta verde de Augusta de 1994 y 1999. Aquella victoria, además, fue discutida por algunos tiquismiquis que no hicieron más que recordar que el líder destacado hasta la tercera jornada, el irlandés Padraig Harrington, había sido eliminado por olvidarse de firmar una tarjeta.

Así que Olazábal cogió un avión para Birmingham y allí defenderá victoria, confortado por el triunfo francés, y confiado aunque allí, en las islas, reaparezcan en el circuito todas las figuras británicas, que no habían creído importante el viaje a Lyón.

Olazábal, el único, no sólo intentará ganar por el placer de ganar. El jugador vasco tiene en la cabeza otro desafío importante: ganarse una plaza fija para la Ryder terminando entre los 10 primeros de la clasificación (tras el triunfo francés ya es sexto) y sin hacer completo el circuito europeo. 'No es que no me interese jugar la Ryder como alguien me ha querido entender, lo que pasa que no es mi objetivo número uno', dijo. 'Y para estar en el equipo debo hacerlo bien en los pocos torneos que juego en Europa'.

Ésa es la apuesta íntima de Olazábal, un jugador que desafió al circuito europeo yéndose a jugar a Estados Unidos con Miguel Ángel Jiménez y que vería refrendada su teoría de que el golf en Europa debe aprender del americano consiguiendo su objetivo. Para ello tiene tres torneos en tres semanas. El Benson & Hedges ésta que hoy empieza; el Deutsche Bank, en Heidelberg, la siguiente, y el PGA en Wentworth (Inglaterra), después. Luego una semana de descanso y nuevo salto de charco: se acerca el Open de Estados Unidos, el segundo grande del año. Y aquí no hay dudas: los grandes sí que son el objetivo número uno de Olazábal.

Olazábal muestra el trofeo conquistado ayer en Lyón.
Olazábal muestra el trofeo conquistado ayer en Lyón.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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