Crivillé despierta en Jerez

Si la carrera de ayer en Jerez sirvió para que Valentino Rossi (Honda) consolidara su hegemonía en la categoría reina del Mundial, a los 126.000 fieles que acudieron de todos los rincones de España les importó más la reivindicación de Àlex Crivillé (Honda) sobre el asfalto andaluz. El piloto catalán protagonizó una remontada espectacular para terminar tercero y visitar el podio 316 días después de la última vez. Aunque Rossi, con su tercera victoria consecutiva, demostró superioridad, el ex campeón volvió a recordar a su mejor versión.

Apenas iniciada la temporada, el joven italiano manda en el Mundial con una autoridad incontestable. Tras vencer en el Gran Premio de España tiene ya 31 puntos de ventaja sobre el segundo en la general del campeonato, Norick Abe (Yamaha), que también se clasificó segundo ayer. Durante más de media carrera, pareció que el piloto japonés del equipo español dirigido por Luis D'Antín iba a ser capaz de romper la imbatibilidad de Rossi, pero en las últimas vueltas éste se escapó con facilidad.

El bambino dejó bien claro que hoy no hay nadie que le pueda hacer sombra. Rodó en tiempos inalcanzables para los demás y entró en la meta haciendo reverencias. Después celebró su tercer triunfo en tres carreras este año subiendo a la grupa a un seguidor disfrazado con bata de médico. Quiere que todo el mundo le llame The Doctor, y la verdad es que lleva camino de doctorarse.

Sólo la extraordinaria carrera de Crivillé robó protagonismo al actual número uno. El noi de Seva realizó su mejor actuación en muchos meses, motivado por su público y por su propia sed de venganza. 'Ha quedado claro que no estoy acabado', dijo después de la carrera y poco antes de sucumbir a un grupo de amigos y familiares que le mantearon cariñosamente. Àlex no había estado tan brillante desde el Gran Premio de Holanda del año pasado en el que quedó segundo. Fue en junio de 2000. 'Casi ni me acordaba de esta sensación', explicó.

Además del resultado final, lo grande de la prestación de Crivillé estuvo en la manera de obtenerlo. Partiendo desde la tercera fila de la parrilla, pasando en duodécima posición tras la primera vuelta, su recuperación fue sencillamente espectacular. Encendió a la afición en las laderas frente a las curvas de Peluqui y de Nieto, allí donde se ubican los más apasionados, con sus sucesivos adelantamientos a otros grandes del Mundial. En sus redes cayeron uno tras otro Max Biaggi, Alex Barros, Loris Capirossi y el actual campeón Kenny Roberts.

Mientras su hermano Josep lloraba en el fondo del garaje del equipo Honda y los que ya le habían enterrado empezaban a esconderse, Àlex escaló posiciones hasta terminar tercero. Y le faltó sólo una vuelta para amenazar a Abe. 'Hubiera sido demasiado arriesgado. Tercero es un resultado fantástico para mí', proclamó el ídolo de Jerez.

'He vuelto a divertirme sobre la moto, a sentirme competitivo', continuó. 'El Mundial no ha hecho más que empezar y ahora lo que necesito es recuperar la regularidad y, sobre todo, clasificarme mejor en los entrenamientos para no salir tan retrasado'. Su siguiente oportunidad será en Le Mans (Francia), precisamente escenario de su última victoria, dentro de dos domingos.

Crivillé es ahora quinto en el Mundial, a 42 puntos de Rossi, y se presenta como la mejor baza para la representación española en 500cc esta temporada. Sus colegas de la cilindrada no atraviesan por un buen momento: Sete Gibernau (Suzuki) se clasificó décimo, Carlos Checa (Yamaha) fue decimocuarto después de realizar un gran esfuerzo para poder correr, aún lesionado, y José Luis Cardoso (Yamaha) no pudo terminar la carrera.