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El anticuario recibió cinco cuchilladas al resistirse a ser desvalijado

Francisco Vélez, viudo y padre de tres hijos, era muy apreciado en el barrio

Eran cerca de las dos de la tarde y la noticia del apuñalamiento de Francisco Vélez se propagó a gran velocidad por el barrio de Tetuán, donde era muy apreciado al llevar establecido allí más de 30 años. Minutos después llegaron los sanitarios del Samur, pero al hombre se le paró el corazón y, a pesar de que durante media hora intentaron reanimarlo, los facultativos sólo pudieron certificar su fallecimiento. Francisco Vélez presentaba cinco puñaladas en el lado izquierdo del tórax y un fortísimo golpe en la nuca propinado con un objeto contundente que le había causado pérdida de masa encefálica.

Tras el levantamiento del cadáver por orden del Juzgado de Instrucción número 3 de Madrid, la tienda de compraventa de enseres y muebles usados Viana 35 quedó precintada por los funcionarios del grupo de Homicidios encargados del caso. Éstos permanecían en el interior del local intentando recoger huellas y otras pistas que permitan esclarecer el crimen.

La caja, sin dinero

Aunque la policía no descarta ninguna hipótesis, de momento trabaja con la posibilidad de que el comerciante fuera víctima de un atraco cometido por al menos dos individuos. De hecho, la caja registradora se encontraba abierta y sin dinero, y revuelta la mesa donde se encontraba. Sin embargo, Francisco Vélez conservaba su cartera intacta. Las pesquisas se encaminan ahora a tratar de identificar una huella de bota de uno de los agresores que la policía descubrió sobre una de las manchas de sangre.

Fuentes policiales señalaron también que hasta que no se practique la autopsia, hoy por la mañana, no se podrá contar con datos suficientes para conocer las circunstancias concretas de la muerte de Vélez. De momento, todo parece indicar que, cuando fue asaltado en el interior de su tienda, la víctima intentó resistirse y fue apuñalada, o bien, al no haber el dinero deseado por los atracadores, éstos le empezaron a apuñalar hasta matarlo.

Entre los comerciantes y vecinos del barrio existe el temor de que el homicidio haya sido obra de algún drogadicto. Aunque nadie se atreve a aventurar nada, no dudan en asegurar que en los últimos tiempos ya han sido varios los atracos sufridos. Sin embargo, otros, como un estanquero próximo a la tienda de antigüedades, se cuestiona lo del atraco: '¿A quién se le puede ocurrir atracar una tienda de antigüedades?', se pregunta.

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Vélez estaba considerado como una persona buena y prudente, que 'no hablaba por no pecar'. Era muy riguroso en su negocio; según los vecinos, lo tenía 'para no aburrirse'. Un cartel en la puerta fijaba las condiciones para poder dejar en depósito un mueble u otros enseres: 'máximo, tres meses', 'no sin documentos' y 'no menores de 18 años'.

Viudo y padre de un hijo y dos hijas, una de ellas casada, regentaba el negocio desde hace unos cuatro años, cuando se jubiló su cuñado, con quien explotaba en el mismo local un taller de engrase y lavado de automóviles.

Su vida diaria discurría entre su casa, su negocio y el bar Mirasol, al que solía acudir a tomar café después de comer. Pero había decidido seguir trabajando porque aún tenía que sacar adelante a dos de sus tres hijos: Ana, de 23 años, que estudia decoración de interiores, y Paco, que acaba de terminar magisterio. El joven ayudaba a su padre en el negocio los sábados y domingos, cuando la calle de Marqués de Viana se llena de puestos ambulantes en lo que se conoce como el Rastro de Tetuán.

Una familia rota

'Nuestro dolor es tan intenso que no podemos decir nada; si por nosotros fuera, lo mejor es que no saliera nada en los periódicos, ya que mi madre tiene 95 años y le hemos dicho que mi hermano Paco ha muerto de un infarto'. Dolores Vélez intentaba mantener la entereza en la tarde de ayer, cuando recibía en su casa, justo encima de la de su hermano, a los vecinos y familiares que se acercaban para compartir estos momentos de dolor. La mujer acababa de regresar horas antes de Almuñécar (Granada), de pasar el puente, y poco después se enteró del asesinato de su hermano. 'Por favor, pedimos que nos respeten. Imagínense, primero mi cuñada y ahora Paco'.

Dolores se refiere al drama que supuso para la familia la muerte de la esposa de Paco, hace unos años, a causa de un encharcamiento pulmonar. El hombre quedó con sus dos hijos solteros y entre la hermana y la madre le ayudaban a salir adelante.

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