Cientos de españolas con cáncer de mama han sido tratadas con un método basado en un fraude
Los especialistas recomiendan evitar esta técnica, excepto en ensayos clínicos controlados
'Bezwoda se inventó los datos', dice llanamente Josep Baselga, jefe de Oncología del hospital Vall d'Hebron de Barcelona y coordinador científico del grupo Solti, un equipo de especialistas de 15 hospitales españoles que ha realizado unos 300 ensayos clínicos, sobre pacientes españolas con cáncer de mama, con la técnica de quimioterapia de alta dosis. Baselga está muy próximo a los investigadores que han revelado el fraude de Bezwoda, y conoce muy bien las conclusiones de esa auditoría.
'Los ensayos de Bezwoda son falsos, y no se puede inferir nada de ellos', confirma el presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica, Vicente Guillén. 'España era uno de los países donde más se ensayaba con esta técnica, pero las sospechas sobre los resultados de Bezwoda ya han ralentizado los trabajos'.
La investigación que ha demostrado que Bezwoda se inventó los datos de principio a fin, que fue presentada oficialmente el jueves en Los Ángeles (EE UU), no implica necesariamente que la técnica sea dañina para las pacientes, pero sí implica que no hay ninguna evidencia sólida de que sea beneficiosa. Los principales especialistas españoles creen que los ensayos clínicos deben continuar para aclarar este punto, pero consideran injustificable que el tratamiento de alta dosis se practique fuera de esos ensayos controlados.
Varias fuentes coinciden en que hay clínicas privadas españolas que siguen ofreciéndoselo a las pacientes. El coste del tratamiento es de unos nueve millones de pesetas.
Autotrasplante
La razón de ese alto precio es que el procedimiento implica un costoso autotrasplante de médula. Las altas dosis de quimioterapia no sólo matan las células cancerosas, sino también a las de médula ósea, que son las que reponen continuamente los glóbulos de la sangre. Por tanto, es necesario extraer a la paciente parte de su médula ósea antes de administrarle la quimioterapia, y retrasplantársela después.
'Es necesario proseguir con los ensayos clínicos, siempre bien controlados y evaluados por los comités éticos de los hospitales', dice Baselga. 'Pero fuera de esos ensayos controlados no debe emplearse esta técnica, que no está exenta de riesgos. Hay cierta mortalidad debida a la toxicidad del trasplante de médula'.
Felipe Prósper, oncohematólogo y codirector del área de Terapia Celular de la Clínica Universitaria de Navarra, asegura: 'Sería una frivolidad renunciar a la técnica. Es necesario concluir los ensayos clínicos. Pero fuera de esos ensayos no es justificable ni ético realizar el tratamiento'. ¿Y se hace en clínicas privadas? 'Sí', asegura Prósper. 'En 1997 se realizaron en España algo más de mil intervenciones de este tipo. Desde entonces el ritmo ha caído, pero no del todo'.
El pasado jueves en Los Ángeles, la presentación pública de los resultados de la auditoría tampoco dejó lugar a ninguna duda sobre el fraude. 'Bezwoda nos engañó a todos', dijo en rueda de prensa el presidente de la Sociedad Americana de Oncología Clínica, Larry Norton. Al menos 30.000 mujeres han recibido el tratamiento en EE UU.
Esa sociedad oncológica, según informaba el viernes Los Angeles Times, pidió a las aseguradoras que siguieran ayudando a financiar los ensayos clínicos que están en marcha, pero concluyó que esas empresas no tienen por qué pagar los trasplantes de médula que se practiquen fuera de los ensayos.
Las sospechas sobre Bezwoda no son nuevas. El doctor surafricano ya fue expulsado en 1999 de la Universidad de Witwatersrand, en Johannesburgo, tras revelarse que había falseado los datos de otro estudio preliminar sobre la quimioterapia de alta dosis. 'Pero la nueva investigación ha revelado la magnitud del fraude en su trabajo de 1995', explica Baselga.
El estudio de Bezwoda concluía que un 95% de las pacientes respondía al tratamiento de alta dosis, frente a un 53% que respondía al convencional.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.