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Columna
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El despertar

¿Sueño o pesadilla? María José Mendoza, diputada socialista en las Cortes Valencianas, llama al asunto 'el despertar'. Y augura que será un despertar 'muy duro'. Se refiere la diputada a la situación a la que se tendrán que enfrentar los servicios públicos de este país cuando termine la hegemonía del Partido Popular. Una hegemonía que, en palabras de la parlamentaria, se caracteriza por una 'gestión ineficaz, incompetente y engañosa' que en materia sanitaria 'no garantiza la inversión en las infraestructuras necesarias para poder ofrecer servicios de calidad'.

El asunto es que las partidas presupuestarias destinadas a Sanidad por el Gobierno de Eduardo Zaplana han vuelto a ser recortadas un año más. El capítulo de inversiones sanitarias se redujo el pasado año un 38%, de forma que los 17.459 previstos para construcción o reformas y equipamiento de los centros de salud y dotación de alta tecnología, se quedaron en 10.854; o lo que es lo mismo, se recortaron en 6.600 millones. No fue el único tajo presupuestario que sufrió la sanidad pública valenciana, el capítulo de transferencias de capital, para el que inicialmente se habían consignado 1.704 millones, se quedó en sólo 577 millones. Por lo tanto el tijeretazo del sufrido presupuesto sanitario fue, el pasado año, de casi 8.000 millones de pesetas.

Estos días, el Partido Popular ha insistido, a través de sus medios afines, en la necesidad de que en las Cortes Valencianas haya debates 'de altura'. En principio es difícil saber a qué se refieren, si a la elevación del nivel en el tratamiento de los temas o a la propia elección de los temas. Finalmente, y dado como se emplean ante los requerimientos de la oposición, parecen entender por altura la elevación o distancia de la realidad que pisa o soporta el ciudadano de a pie: los hospitales, las escuelas, los espacios públicos.

Y así resulta asombroso, cómo un Gobierno puede incumplir año tras años los presupuestos, aprobados con el rodillo de su mayoría parlamentaria, y que no sólo no pase nada si no que además tenga el atrevimiento de pedirle a la oposición altura en los debates, o acaso debates de altura, que deben ser cosa de futuros Aves o planes hidráulicos que para largo se lo fían. Pero la palabra asombro se convierte en un auténtico eufemismo cuando a la realidad de los recortes presupuestarios en materias como sanidad y al descenso generalizado en las inversiones públicas se le suma el dato de que la Generalitat Valenciana arrastra un billón de pesetas de endeudamiento, siendo proporcionalmente la comunidad autónoma más endeudada de España.

La ministra de Educación, Pilar del Castillo, tiene preparado un anteproyecto de ley para recortar en un 12% las plazas de estudiantes de Medicina. La intención del Gobierno de reducir en los próximos años el número de médicos se ha conocido unas semanas después del paro simbólico de los médicos de familia, reclamando más personal para poder dedicar diez minutos a cada paciente.

No es difícil imaginar cómo será el despertar después de la época popular al que se refería María José Mendoza. Basta mirar a Londres y ver los problemas heredados de los sucesivos gobiernos conservadores, el desbaratamiento de la sanidad británica y la grave crisis alimentaria que vive el país.

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