De las dudas iniciales a la capacidad de reacción
Quizá fue la mejor lección: podrá ganar o podrá perder, pero el Barcelona demostró ayer que sólo sabe jugar de una forma. Y que siempre da lo mejor de sí mismo cuando abre el campo por los extremos, cuando llena la medular y cuando asume el riesgo de dejar una mínima defensa atrás.
Carles Rexach, su nuevo técnico, sorprendió al principio al apostar por un conservador y clásico 4-4-2 que resultó un fiasco: encajó un gol de Mostovoi a los cuatro minutos y no se acercó en media hora a Cavallero. Charly corrigió entonces la pizarra y ordenó un 3-4-3 que cambió de la noche al día el partido: Gabri empató, Overmars y Luis Enrique enviaron sendos balones al palo, Rivaldo tuvo dos ocasiones y el asturiano falló sólo ante el portero.
El cambio refleja dos cosas: las dudas que tiene el Barça y la capacidad de reacción del entrenador, el hombre que tanto ayudaba a Van Gaal a rectificar los partidos.
Charly, que vivió como segundo de Cruyff toda la era del Dream Team, había insinuado que tenía dudas sobre la posibilidad de aplicar esa filosofía ofensiva del Dream Team. 'El dibujo táctico es importante, pero lo es más que los jugadores no tengan dudas. Y yo no sé si tengo los jugadores para jugar de aquélla forma', dijo la víspera del encuentro.
Y Rexach demostró que tenía más de una: renunció al principio a la filosofía ofensiva y colocó a cuatro defensas -se había pasado la semana recordando que el Barça había recibido las mayores goleadas con cuatro zagueros-; llenó el mediocampo con cuatro centrocampistas y dejó sólo en punta a Overmars y Rivaldo. Zenden, un extremo, volvió a jugar, aunque de falso lateral izquiedo, una demarcación en la que le había reciclado Van Gaal.
El Barça jugó en la primera media hora tan mal como en El Sadar, pero después llegó la rectificación: la zaga se quedó en tres hombres; Guardiola ocupó su puesto natural de medio centro; Luis Enrique se situó en la media punta, y Zenden hizo un viaje en diagonal: del lateral izquierdo al extremo derecho.
El cambio le sirvió al menos al Barça para empatar el encuentro en 15 minutos trepidantes. Pero desaprovechó ocasiones, perdió fuelle en la segunda parte y sólo sumó un punto que apenas le sirve de nada: sigue quinto, pero ahora a cuatro puntos de la zona que da acceso a la Liga de Campeones.
El Valencia y el Mallorca son el tercero y el cuarto, respectivamente, con 56 puntos. El Barcelona suma 52 y, por detrás, tampoco puede estar muy tranquilo: el Celta, sexto, con su punto de ayer, totaliza ya 48.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.