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La nueva era de Reuters

Tom Glocer, el primer consejero delegado de la empresa americana y que no es periodista, lidera el cambio de estrategia de la compañía

La mejor mezcla de continuidad y cambio. Así definió hace unos meses el presidente de Reuters, sir Christopher Hogg, al nuevo consejero delegado, Tom Glocer, el primer americano y no periodista que se pone al mando de la empresa británica de servicios financieros y media. Y lo hace al estilo americano, pasando directamente a la acción y visitando las distintas oficinas que Reuters tiene en el mundo. Hace unas semanas Glocer estuvo en Madrid, donde explicó las prioridades que establece durante su mandato. 'Son tres', dice. 'Proseguir la nueva estrategia centrada en el uso de las nuevas tecnologías e Internet; adecuar la organización a lo que los clientes están demandando, y poner más énfasis en la calidad de servicio'.

Glocer se propone también extender un mayor conocimiento sobre la compañía. Conocida fundamentalmente por su actividad como agencia internacional de noticias y televisión -tiene casi 2.200 periodistas, fotógrafos y operadores de cámara distribuidos en 185 oficinas en 153 países-, el 90% de su negocio, sin embargo, proviene de la división de información y servicios financieros. Dos mundos alejados en los que Glocer se mueve con seguridad. En tanto en cuanto abogado experto en fusiones y adquisiciones, el mundo de la empresa no le es en absoluto ajeno, y su espíritu periodístico -como anécdota- lo demostró cuando ofreció la casa de su madre en Nueva York a los periodistas de Reuters para que pudieran seguir desde allí los funerales por Jacqueline Kennedy.

Otra arquitectura

Este ejecutivo de 41 años, casado con una finlandesa y padre de dos hijos, toma posesión de su cargo como consejero delegado en el momento en el que la empresa está inmersa en un plan de transformación del negocio, con una nueva arquitectura basada en Internet y la expansión hacia nuevos mercados mediante acuerdos y alianzas estratégicas. Un plan que prevé inversiones por valor de 500 millones de libras esterlinas (133.500 millones de pesetas) y que Glocer conoce bien, ya que fue protagonista en el diseño de la nueva estrategia. Desde ese punto de vista, no ve su nombramiento como 'algo revolucionario', tal y como lo han calificado algunos analistas. 'Reuters', dice, 'es una compañía muy global y no tiene por qué ser un inglés el que la lidere. Bien podría ser un español, o un japonés. Su gestión no va a cambiar en función de la nacionalidad o la profesión del consejero delegado, sino de la adecuación al rápido ritmo en el que está envuelta nuestra industria'.

¿Será Reuters la misma con Tom Glocer? 'De una cosa puede estar segura', contesta, 'y es que en Reuters todo cambia. Así ha sido durante los 150 años de su historia y así seguirá siendo.

Pese a haber fijado su estrategia en Internet, Glocer no se muestra preocupado por la devaluación de las empresas tecnológicas en Bolsa. 'La crisis bursátil no nos ha afectado mucho porque no nos basamos en una estrategia en Internet per se, sino en desplegar el Protocolo de Internet. Hemos sufrido alguna erosión en el valor de nuestro Greenhouse Fund , pero, más que por la crisis bursátil, por razones de estrategia y pese a ello hemos conseguido beneficios de 200 millones de dólares'.

Cuestión de principios

Tom Glocer afirma no tener ningún lema especial en el trabajo que no sea seguir fielmente los principios de Reuters, que se resumen, fundamentalmente, en el mantenimiento de la independencia de la empresa y de sus trabajadores frente a los intereses de diferentes grupos de presión. Además, Glocer incluye en el ideario el compromiso de no ahorrar esfuerzos para extender y desarrollar el negocio de Reuters y adaptarlo a lo que el cliente necesita con el fin de mantener su posición de liderazgo, preservando siempre la independencia y la integridad de la compañía y su plantilla. El pasado año, Reuters, que tiene 18.000 empleados, registró unos ingresos de 3.600 millones de libras esterlinas (961.200 millones de pesetas); el beneficio antes de impuestos aumentó un 4% hasta los 657 millones de libras esterlinas, y el beneficio por acción subió un 26%, en lo que fue calificado como un buen ejercicio.

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