Crece la opinión en el PSOE sobre la necesidad de una crisis de Gobierno
Desde que fue elegido por primera vez presidente de la Junta en 1990, Manuel Chaves no ha hecho nunca por iniciativa propia una crisis de Gobierno y los dos cambios que tuvo que hacer en la tercera y cuarta legislatura fueron promovidos entonces por los consejeros salientes. Leocadio Marín dimitió como titular de Agricultura por los conflictos entre guerristas y renovadores y Antonio Pascual dejó, oficialmente, la de Industria por culpa de una hernia discal. Ni siquiera cuando ocurrió lo que el propio Chaves considera 'lo peor' de todos sus mandatos -la catástrofe ecológica de Aznalcóllar- pudo o quiso prescindir de los consejeros implicados.
La resistencia de Chaves a destituir a miembros de su gabinete es un dato que los socialistas airean desde que hace aproximadamente dos meses se empezó a hablar de una posible crisis, porque si hay algo que distingue la situación actual de otras parecidas es que nunca, desde 1990, ha habido tanta coincidencia en el PSOE sobre la necesidad de cambios en el Ejecutivo. Esta opinión tiene mucho que ver con el análisis que hacen los socialistas de que esta legislatura es una de las más complicadas para ellos, ya que prevén que el PP va a fijarse como objetivo electoral el ganar en Andalucía, gobernada ininterrumpidamente por el PSOE desde 1982.
En las reuniones internas a las que asiste el presidente de la Junta y secretario general, los socialistas recurren a los eufemismos para decir lo que opinan en privado. 'Al Gobierno le falta punch', 'un nuevo impulso' o 'más coordinación' afirman delante de Chaves. Detrás -y con el paraguas de la confidencialidad- dicen que este 'Gobierno es el más flojo de la autonomía', 'un desastre', 'sin experiencia política' y 'le faltan nuevas iniciativas'.
Una persona próxima al presidente asegura que éste es 'consciente de la situación' y que 'si tiene pensado hacer una crisis, ya tiene todos los elementos encima de la mesa'. Es decir, que Chaves conoce la opinión favorable de los suyos para que mueva algunas sillas que, según pronostican algunos, serán pocas.
'Si piensa hacer algo, lo hará en torno al debate de investidura', estima con cautela esta fuente, que reconoce no haber hablado directamente de este asunto con el presidente andaluz, que aplica con extremado celo su competencia de firmar ceses y nombramientos en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, lo que en el lenguaje de la Administración se llama 'pasar el nombre por el BOJA'.
Otro dirigente asegura haber escuchado a Chaves comentar la necesidad de revitalizar el Gobierno, sin que haya ido a más en esa afirmación. 'Y eso', añade de su cosecha este interlocutor, 'pasa por un cambio de personas'.
Lo contradictorio en el PSOE es que cuando hablan de quiénes deben salir siempre ponen dificultades en función de que el consejero o consejera aludida pertenezcan a tal o cual provincia, una inercia territorial que tampoco ha roto Chaves en todos los gobiernos que ha nombrado.
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