Sin techo donde guarecerse
Las primeras lluvias del invierno tropical de El Salvador han comenzado a caer y, con ellas, también se desploman las esperanzas de miles de familias damnificadas de los terremotos de enero y febrero pasados, que aún aguardan la construcción de viviendas provisionales prometidas por el Gobierno para resguardarse unos meses -de mayo a noviembre- de los temporales. Autoridades municipales indican que se han construido 140.000 viviendas, pero aún se precisa construir otras 175.000; es decir, más de la mitad del total requerido.
Los retrasos operados en la reconstrucción, en general, tiene múltiples causas, como el inmenso impacto de los daños de los seísmos, así como la escasez de recursos de un país pobre como El Salvador. Pero, al parecer, también existe "escasa voluntad oficial", tal como lo expresó a EL PAÍS el alcalde de San Salvador, Héctor Silva, cuando aseveró que "lo que se necesita es un cambio de voluntad para que juntos podamos reconstruir. No estamos pudiendo trabajar juntos [Gobierno y alcaldías]; estamos distanciados y se nos está haciendo difícil comunicarnos".
El origen de ese distanciamiento es "lógico" en un país polarizado como El Salvador. La negativa de apoyar a Silva, como a la mayoría de municipios desatendidos, se debe a que sus Gobiernos están en manos de la oposición al partido del Ejecutivo, la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), especialmente cuando se trata del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
San Salvador, administrado por la izquierda, tiene 2.000 familias damnificadas que no han recibido ninguna colaboración de parte del Gobierno, ni en casos como la comunidad San Roque, a la que un talud de tierra puede dejar sepultados a cientos de habitantes pobres.
"El caso de Santa Tecla es dramático. Tenemos tres alberques con más de 800 familias, en casas de campaña no impermeables; durante las dos lluvias pasadas fueron duramente afectadas. El Gobierno, a través del Fondo de Inversión Social para el Desarrollo Local (FISDL), no nos ha llevado ni una sola lámina para proteger a toda esta gente; sólo en el albergue de El Cafetalón tenemos más de 1.100 menores edad", explicó también el alcalde de la ciudad de Santa Tecla, donde los terremotos fueron particularmente devastadores.
La misma posición mantienen los ediles municipales de San Antonio Masahuat y de Usulután, quienes aseguraron que sólo se han logrado construir viviendas provisionales para aproximadamente el 50% de los damnificados. Estos municipios están en manos de los partidos opositores Democracia Cristiana (PDC) y Conciliación Nacional (PNC).
Situación muy distinta describe Adolfo de León Velado, alcalde de Izalco y miembro del partido oficialista Arena, quien asegura que en su municipio no ha habido "ningún retraso; la ayuda nos ha llegado puntual gracias al FISDL, misma que hemos estado repartiendo. De 1.600 viviendas destruidas, a casi todas las familias les hemos construido una vivienda provisional".
En El Salvador se han detectado, con ayuda incluso de satélites de la NASA, un total de 265 zonas de alto riesgo, proclives a los derrumbes o inundaciones durante el invierno, en el que se han pronosticado al menos siete huracanes y cuatro temporales.
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