Trovadores de trapo

Hace tres años, Francisco Toro, técnico de Cultura del Ayuntamiento de Alcalá la Real, y Fernán Cardama, actor de la compañía argentina Esfera Teatro tuvieron que salir a la calle a buscar espectadores para las obras programadas en el que entonces era primer Festival de Títeres para Adultos que dieron en llamar Titereal. 'No vendimos ni una entrada', recuerdan entre bromas, 'la gente asociaba los títeres al público infantil y los pocos que venían lo hacían con sus niños'.

Sin embargo, lejos de caer en el desánimo, siguieron apostando por un género teatral poco usual en España con la esperanza de que lograrían meterse el público en el bolsillo.

Tres años después, el Ayuntamiento de este municipio cabecera de la Sierra Sur de Jaén ha vendido ya todas las entradas para los ocho espectáculos que desde ayer viernes y hasta mañana domingo tienen lugar en emblemáticos y gustosamente rehabilitados palacios y antiguos edificios. 'Es un festival de calidad y además diferente al de los festivales clásicos', apunta la concejal de Cultura, Ana Cortecero, orgullosa de que hasta Alcalá hayan venido compañías de seis países, desde Japón a Francia pasando por Argentina. Además, la implicación del festival con los habitantes es tal que incluso los actores se alojan en casas de vecinos del pueblo.

'Es cierto que hay muy pocas propuestas de este tipo, pero no hay que olvidar que los títeres son la raíz del teatro', apunta Cardama. Recuerda que incluso ya existían antes de la colonización de América, pues diversos estudios han revelado que la civilización azteca ya utilizaba esta forma de expresión oral. Miguel Oyarzun, de la compañía chilena Chon-Chon, reconoce, pese a todo, que 'el títere de adultos no te alimenta', en alusión a la escasez de propuestas, al menos en Suramérica. Algo distinto ocurre en Francia. Paz Tatay, del grupo Pelele, menciona la escuela de títeres existente en Charleville Mezienes, orientada hacia el títere contemporáneo.

Lo cierto es que a tenor del éxito de público de las dos últimas ediciones parece claro que Titereal está sirviendo para desmitificar estereotipos erróneos en torno a los titiriteros. La temática de las obras que este fin de semana se escenifican en Alcalá la Real es un buen ejemplo de cómo este genero se introduce, de una manera audaz, en los grandes problemas de la sociedad. Así por ejemplo, la compañía nipona Dondoro Theater va a representar hoy sábado la mística de Miroku, que en los cuentos de tradición oral japoneses era un buda con una sonrisa misteriosa parecida a una mona lisa. La obra afronta las reglas de la elevación y la caída del ser humano.

En cambio, los aragoneses de Teatro Arbolé se apoyan en dos obras clásicas de Valle Inclán y García Lorca para recobrar la tradición más genuina del juglar y el trovador. Iñaqui Juárez, uno de sus componentes, reconoce que en los títeres para adultos 'se hacen más dificultad'.

La compañía chileno-argentina Chon-Chon, que ya estuvo en Alcalá el pasado año, realiza un homenaje al cine mudo en Los bufos de la matiné. El festival Titereal lo cerrarán el domingo por la noche la compañía catalana de Pep Bou, en un espectáculo que combina las mejores esencias del circo, del teatro oriental y de la comedia en una ironía tecnológica hecha teatro.

Cuando acabe Titereal, los habitantes de Alcalá empezarán a pensar en Etnosur, un festival étnico que ha proyectado el nombre de este municipio por todo el país. 'Queremos que la cultura sea un reclamo turístico para nuestro pueblo', asegura Cortecero.