Taller de infancia multirracial

Una tropa de patos -niños que todavía no caminan- y peces -los que ya se mueven solos- se refugia cada mañana en el taller de infancia gratuito recién inaugurado por la asamblea local de la Cruz Roja en Móstoles.

Los 21 pequeños ya no tienen que quedarse con una vecina mientras sus madres buscan empleo o acuden a trabajar; tampoco pasan de mano en mano de amigos de la familia con algún rato libre para cuidarles.

Ahora saben que desde las nueve de la mañana y hasta las cuatro de la tarde estarán en los brazos expertos de Ana, Rocío y Sandra, educadora y auxiliares de jardín de infancia, respectivamente.

Este proyecto se ha creado en vista de las necesidades de multitud de familias con apuros económicos que no pueden pagar las 30.000 pesetas mensuales de una guardería y que siguen algún programa tutelado por la Concejalía de Servicios Sociales, al ser en su mayoría inmigrantes de bajos recursos. En el taller de infancia hay senegaleses, guineanos, marroquíes, un venezolano, un rumano y un español. 'Todos tienen en común que sus madres buscan empleo, trabajan ya o están siguiendo cursos de aprendizaje del castellano o de integración laboral', señala María del Mar Díaz, directora de Servicios Sociales en Cruz Roja-Móstoles.

En el local, de 180 metros cuadrados, los patos pasan las horas amarrados al biberón, los juguetes o la almohada, mientras que los peces siguen sencillas clases de psicomotricidad a través de divertidos juegos. 'Lo más complicado es la hora de la comida, porque hay que atender a los 21 a la vez', comenta Díaz. Para aliviar el trabajo de las profesionales, cada día asisten voluntarios de Cruz Roja y algunas madres comprometidas con la alimentación de los niños y la limpieza y el mantenimiento del recinto, que tiene capacidad para 25 plazas. El coste del proyecto supera los 10 millones de pesetas, de los cuales el Ayuntamiento de Móstoles ha cedido 3,5 millones.