Un empresario argentino invierte 2.000 millones en reformar el ruinoso Alcalá Palace
El teatro, que en su origen se llamó Coliseo Pardiñas, fue construido en 1927 sobre un proyecto de 1922 del arquitecto Luis Ferrero. El edificio lleva cerrado y sin actividad desde hace varios años, por lo que presenta un palpable estado de abandono y una falta total de mantenimiento y conservación. El inmueble tiene un nivel de protección 2 en el catálogo de edificios del Plan General de Ordenación Urbana (el documento que rige el urbanismo de una población), por lo que se deberán respetar en su reforma los elementos singulares.
Las obras que pretende ejecutar Alejandro Romay reestructurarán parcialmente el conjunto. De hecho, el teatro perderá unas 700 butacas (pasará de las 1.900 actuales a 1.200) para poder sacar hacia el patio el escenario, ya que los musicales necesitan una caja grande para todo el elenco de actores y bailarines. El proyecto prevé dotar además al edificio de todos los accesos necesarios para su correcto uso y funcionamiento, de tal forma que no se distorsione la clásica configuración arquitectónica de tres alturas (basamento, cuerpo principal y ático) y se mantengan las escaleras principales, protegidas por el Plan General. 'Sus anteriores propietarios lo habían abandonado y han optado por deshacerse de él, porque no les era rentable rehabilitarlo. Nosotros hemos visto una gran oportunidad para nuestros espectáculos', afirma Romay.
La compra del teatro ha supuesto un desembolso de unos 900 millones de pesetas. Una cantidad similar se destinará a su rehabilitación, según explica el empresario argentino. 'Hay muchas cosas que me han atraído de este teatro. Una de ellas es que fue construido el mismo año en el que yo nací [1927], y eso ya marca mucho', asegura.
La obra civil durará unos nueve meses, a los que habrá que sumar otros seis para acometer la instalación de elementos técnicos como la luz o el sonido. 'Mi previsión es hacer aquí lo que monte en Argentina, y viceversa. De esta forma, la gente de ambos continentes podrá asistir a lo que se está haciendo a miles de kilómetros', augura el empresario.
Homenaje a dos actrices
La compra y la rehabilitación del teatro, continúa Romay, también quieren rendir un homenaje a dos grandes actrices españolas, María Guerrero y Lola Membribes, que triunfaron en Argentina. El empresario argentino conoció a ambas. De la primera destacó que mandó construir el teatro Calderón de Buenos Aires en una época de gran recesión económica y que, al terminar su carrera profesional, lo donó al Ministerio de Cultura argentino. 'Fue [un gesto] hermosísimo', sentencia Romay.
Lola Membribes, recuerda el comprador del Alcalá Palace, hizo en Argentina lo mismo que María Guerrero: levantó con su dinero un teatro, al que puso el nombre de Cómicos. Un empresario lo compró hace unos años y lo rebautizó con el nombre de la artista española. 'Creo que todo el público, la crítica y los sindicatos del sector teníamos una deuda con estas dos grandes estrellas españolas, y ya era hora de rendirles un homenaje. He creído que la mejor forma era hacer lo mismo que ellas', añade Romay.
El magnate argentino, conocido en su país como el Zar, considera que el musical está de moda en Madrid y que la capital puede convertirse en breve en el Broadway europeo. La competencia entre varios musicales programados para las mismas fechas, según Alejandro Romay, resulta beneficiosa para el público. 'Cuanto más grande sea la oferta, más público se decantará por este género', vaticina.
Uno de los primeros espectáculos que pueden pisar el remozado teatro Alcalá Palace puede ser el que se está representando ahora en el teatro El Nacional de Buenos Aires, Fiebre de sábado por la noche, con música de los Bee Gees. El elenco de esta obra es de 64 personas, entre las que hay 30 bailarines y cantantes. 'Siempre hemos apostado por grandes elencos para que haya mucha variedad encima del escenario y pueda participar cuanta más gente mejor', concluye el empresario.
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