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Reportaje:

La 'Nación Hip-Hop'

Cerca de tres mil jóvenes acuden al I Festival de Rap, celebrado el sábado en La Cubierta de Leganés

Con un sonido a todas luces infame, cuatro artistas españoles de hip-hop desfilaron la tarde del sábado por el escenario de La Cubierta para calentar el ambiente hasta la esperada actuación de los neoyorquinos De La Soul. Pero Ari, Violadores del Verso, Veridikoos o Payo Malo mostraron la bisoñez de un género, el hip-hop en español, que no acaba de salir de la marginalidad. Los grafitos de Sem, Nova y Noah, y los bailes de los berlineses Saigon y Raphael dieron color al acontecimiento.

La Cubierta acogía el sábado por la tarde a la Nación Hip-Hop española, un movimiento más allá de lo musical que lucha por conseguir el reconocimiento que similares actitudes tienen en otros países próximos. Aparte de en los guetos negros americanos donde nació, en el Reino Unido, Francia, Italia o el Caribe el rap es una realidad incontestable cuyos artistas alcanzan ventas iguales, o incluso mayores (Eminem), que los del pop o el rock. El encuentro del sábado en Leganés podía haber servido para dar un paso de gigante hacia esa consolidación, pero una plaza de toros desangelada, un sonido pésimo y unas estructuras musicales a piñón fijo por parte de los participantes españoles, echó al traste muchas de las expectativas. Por lo visto el sábado, el rap español atraviesa el desierto que ya le tocó recorrer aquí al rock y al pop hace unos cuantos años.

Cuando todavía la luz del sol se colaba por las claraboyas de la bóveda que cubre la plaza de toros de Leganés, unos aguerridos Veridikoos intentaban animar a los primeros asistentes. Desde el principio se notó que el sonido iba a ser uno de los inconvenientes de la tarde -el rap en español requiere buena oreja para seguirlo, pero se hacía difícil distinguir una frase de otra por un sonido empastado que rebotaba por cada rincón del recinto-, además del polvo que se levantaba del albero con los saltos y bailes del público (¿dónde estaba la moqueta del día de Tom Jones, si el precio de las entradas era casi igual?).

Payo Malo le echó voluntad y ganas, no en vano se le considera la gran esperanza del rap en español, aunque no interpretó ni una de las nuevas canciones con las que sus valedores dicen que va a transformar el panorama del género en España.

Mientras hubo luz natural en la plaza, el valenciano Nova, el madrileño Sem y el neoyorquino Noah, del colectivo de artistas gráficos TFP, realizaron vistosos grafitos sobre tres murales del 18 metros cuadrados y ante la mirada atenta de los curiosos que querían aprender sus trucos con los aerosoles.

En una plataforma colocada a dos metros del suelo en mitad de la pista, muchos voluntarios se ejercitaban con los bailes fantásticos que el hip-hop propicia: piruetas y volteretas imposibles y movimientos con el apoyo exclusivo en el suelo de un codo, la cabeza o la palma de la mano. Pero todos se quedaron fascinados cuando Raphael y Saigon, dos veinteañeros, mostraron desde la plataforma por qué el colectivo berlinés Five Amox al que pertenecen está considerado uno de los mejores del mundo en break dance, el baile de los adeptos al rap.

Violadores del Verso y Ari, la dominicana afincada en Girona, solventaron su participación como pudieron, echándole más ganas que acierto mientras comprobaban que luchar contra la amalgama de ecos era imposible. De La Soul, sin embargo, demostraron que el rap es algo más que mirarse al ombligo, defecto en el que se empecinan los españoles. Sus mensajes van de otro palo, además de consolidar una línea musical mucho más amena, divertida y variada que la sempiterna estructura roma y abrupta a la que parecen condenados los raperos de aquí. Y aunque el sonido con De La Soul no mejoró notablemente, al menos -y eso que cantaban con acento de barrio neoyorquino- se distinguía cuando terminaban una frase y empezaban otra, algo que durante horas pareció imposible.

Asistentes al I Festival del Hip-Hop, el sábado en Leganés.
Asistentes al I Festival del Hip-Hop, el sábado en Leganés.CLAUDIO ÁLVAREZ

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