El Gobierno de Vitoria acusa al jefe del Ejecutivo de 'irresponsabilidad política'

La advertencia del presidente del Gobierno, José María Aznar, de vincular la negociación del Concierto Económico al programa del Gobierno vasco que salga de las urnas el 13 de mayo sonó a 'amenaza', a 'chantaje' y a 'barbaridad' desde el Ejecutivo vasco en funciones. Su portavoz, Josu Jon Imaz, señaló ayer, tras conocer la declaración de Aznar, que si esta amenaza se consumase supondría la 'ruptura institucional y de las reglas de juego' y acusó al jefe del Ejecutivo de 'irresponsabilidad política'.

Las conversaciones entre el Gobierno central y el vasco para renovar el Concierto Económico se iniciaron a primeros de febrero y fueron suspendidas una vez que el lehendakari, Juan José Ibarretxe, convocó las elecciones. No obstante, la renovación del Concierto será la primera tarea que asumirá el nuevo Gobierno de Vitoria porque, tras 20 años de vigencia, está obligado por ley a su renovación para el primero de enero próximo.

Además, al ser el Concierto la principal singularidad del autogobierno vasco -al conceder a las diputaciones forales capacidad de recaudación de los impuestos-, dicha renovación adquiere un relieve político especial. Todos los partidos vascos, incluido el PP, son defensores de esta seña de identidad histórica del autogobierno en Euskadi.

De ahí que Imaz reaccionara con dureza al señalar que 'Aznar, al vincular la negociación del Concierto Económico en función del Gobierno que represente al País Vasco, está equivocando su función de presidente del Gobierno con la de un líder de partido, además con miras cortoplacistas'. 'Con los amplios consensos que suscita el Concierto Económico como pilar del autogobierno vasco, su negociación no puede estar al albur de las simpatías políticas de quien gobierna el País Vasco. No es propio de un responsable político serio abrir un horizonte de incertidumbre en este país. El Concierto Económico está por encima de las peleas políticas partidistas'.

'Situación kafkiana'

Imaz también apuntó que, de consumarse la amenaza de Aznar, se crearía en el País Vasco una 'situación kafkiana'. Esto es, al recaudar los impuestos las diputaciones forales, si se suspendiese la aplicación del Concierto podría darse el absurdo de que el Gobierno vasco no pagase el Cupo a la Administración central: la cantidad que el Ejecutivo vasco paga al central por los servicios no traspasados y que en el ejercicio de 2000 asciende a 144.000 millones de pesetas.

Otra opción posible, de ejecutarse la amenaza de Aznar, sería que la Administración central recaudara en el País Vasco los impuestos por sus propios medios, añaden las mismas fuentes. Con el obstáculo añadido de que la Administración central no dispone de dichos medios al tenerlos transferidos a la Administración vasca.