El Banco Central de Chile acaba con las restricciones vigentes en el mercado cambiario

El Banco Central de Chile puso punto final a las restricciones cambiarias que estaban vigentes en el país y resolvió liberalizar estas operaciones, terminando el requisito de autorización previa para el ingreso y salida de capitales asociados a créditos externos, inversiones, aportes de capital, bonos y ADRs, y eliminó el encaje a los préstamos provenientes del exterior, que ya estaba en cero. La medida, que era esperada por el mercado, fue bien acogida por analistas financieros y es la culminación de un giro radical de la estrategia defensiva, con encajes y protecciones que regulaban o frenaban la libre circulación de los capitales externos, que adoptó Chile a comienzos de los años noventa, ante los vaivenes de los mercados internacionales y con las que, por ejemplo, sorteó el llamado efecto tequila de mediados de la década pasada.

Las nuevas normas liberalizadoras del mercado cambiario chileno serán publicadas hoy, miércoles, en el Diario Oficial y regirán en su mayor parte desde mañana, jueves. Según el consejo del Banco Central -autónomo del poder ejecutivo-, la decisión se basa, entre otros factores, en los sólidos fundamentos que tiene la economía nacional, la existencia de un régimen de cambio flotante con metas de inflación, la estabilidad que muestran los precios internos, el perfeccionamiento que ha tenido la regulación de la banca, el nivel de las reservas internacionales y la solvencia del sistema financiero, que "permiten reducir y enfrentar en mejor forma los riesgos internos y externos".

Agrega el Banco Central que con estas disposiciones "culmina un proceso de gradual desregulación del mercado cambiario, que permitirá a las personas y empresas disponer de un acceso más fluido y eficiente a los beneficios de la integración financiera y comercial de Chile con el exterior", lo que permitirá que exista un mayor potencial de crecimiento y más diversificación de riesgos en la economía nacional.

Chile, más seguro

Con esta decisión, la economía chilena entrega una señal interna y externa de que se siente más segura para enfrentar la creciente rapidez con que ingresan y salen los dólares y capaz de sortear los riesgos que implican los capitales "golondrina", que suelen huir con velocidad ante crisis económicas o políticas.

Las medidas, contenidas en su mayor parte en el nuevo Compendio de Normas de Cambios, implican que las decisiones de inversión y financiación desde y hacia el exterior dejarán de estar sujetas a las restricciones contempladas en el artículo 49 de la ley orgánica del Banco Central.

Esto significa la eliminación de autorización previa para la entrada o salida del país de capitales -incluidos los retornos de capital y utilidades, dividendos y prepagos de créditos externos- en todas sus formas y el término de las limitaciones que existían para las cláusulas especiales de prepago y aceleración de préstamos foráneos.