Alerta en la Font Roja
Los expertos advierten de la amenaza que suponen la sequía y las plagas para el parque natural de L'Alcoià
El Carrascal de la Font Roja, venerado por los alcoyanos desde la Edad Media y declarado parque natural en 1987, no pasa por su mejor momento. La sequía y las plagas de insectos han afectado seriamente a las carrascas, que constituyen la especie emblemática y que da nombre a este espacio natural que se asienta sobre la sierra del Menejador. De estas carrascas se han contabilizado más de 100.000 ejemplares adultos que conviven con fresnos, quejidos, arces, tejos y moscajos a lo largo de las 2.450 hectáreas que alberga la Font Roja. Algunas de las zonas afectadas se extienden a lo largo de hasta dos o tres hectáreas y el origen del problema se asocia directamente a la persistente sequía en la zona en los últimos cuatro años.
La voz de alarma la ha dado estos días un viejo conocedor del parque. Alvar Seguí, ex concejal de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Alcoy y actualmente guarda forestal, ha llegado a afirmar que las especies desaparecidas a causa de la falta de agua y de los insectos, 'no han mostrado signos de recuperación'.
Seguí recordó que el pasado año llegaron a sumarse hasta 120 días sin llover y matizó que las carrascas que han muerto, en su mayoría, son las que se encuentran sobre zonas rocosas y pedregales, con poco substrato.
Aunque el número de hectáreas afectadas está por determinar, Seguí afirma con rotundidad que su extensión es tan notable, 'como para que el color pardo del follaje de los árboles muertos se pueda ver desde la ciudad, a unos diez kilómetros de distancia'.
La preocupación por el proceso de deterioro importante de la especie por excelencia de la Font Roja se ha extendido al Consejo de Protección del Parque Natural. Como medida para frenar la desecación que sufren estos árboles este consejo, que preside Rafael Ferrándiz, ha encargado a la Consejería de Medio Ambiente una investigación que determine las actuaciones a seguir para evitar la desaparición de esta especie. Esta petición fue planteada en el transcurso de la reunión del último consejo de protección del parque natural junto a otras investigaciones de la fauna y flora e insectos.
Carles Mansanet, biólogo y miembro emérito del Consejo de Protección de la Font Roja, coincide en el 'debilitamiento progresivo' de las carrascas del parque como consecuencia del 'estrés hídrico' que afecta a algunas zonas pobladas por carrascas. Para Mansanet este estrés hídrico ha hecho a las carrascas más vulnerables a plagas e insectos dañinos, mal que considera muy probable que esté afectando a amplias áreas del carrascal. Señaló que esta situación se está observando en otras zonas de la montaña de Alicante, en especial en el eventual Parque Natural de Mariola, pendiente de declaración, y en los alrededores de la vecina localidad de Benifallim. 'Esta amenaza ha sido denunciada en diversas ocasiones en sesiones del Consejo de Protección de la Font Roja y se ha solicitado, con urgencia, que se inicie una investigación para conocer con exactitud la dinámica que afecta a la masa forestal del parque natural', recordó.
Pero no sólo el denominado estrés hídrico ha afectado a este parque de L'Alcoià y preocupa a sus responsables. La acumulación de ozono que se proyecta desde la ciudad sobre la cara norte de la Font Roja ha dado pie a diversos estudios e investigaciones. También la presión de visitantes sobre el Santuario de la Font Roja ha motivado el avance de la devastación.
Por este motivo el Ayuntamiento ha previsto incluso reducir el acceso de vehículos y visitantes, que se calculan anualmente en unas 20.000 personas.
El parque natural del Carrascar de la Font Roja, con una extensión de 2.450 hectáreas, podría ver ampliada su zona de protección hasta las 6.000 hectáreas. Con la aprobación del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) de este parque de L'Alcoià quedará regulado a su alrededor una zona de amortización de impacto ambiental que triplicará la zona protegida. La modificación responde a la revisión de su plan rector, que fue constituido como parque natural en 1987.
Pero no sólo preocupa a los gestores del parque el deterioro de las carrascas. Desde hace tres años están vigilando muy de cerca a la otra especie emblemática del paraje, el águila perdicera, con el fin de conocer los motivos que han llevado al descenso de la población de estas rapaces que se encuentra en vías de extinción en toda la península ibérica. El parque conserva una pareja cuyo proceso de reproducción se controla dentro del programa de seguimiento de nidificación del águila perdicera que respaldan la Consejería de Medio Ambiente, la Universidad de Alicante y el Ayuntamiento de Alcoy a través der la gerencia de Medio Ambiente.
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