Miles de campesinos bolivianos marchan hacia La Paz para exigir el cumplimiento del pacto con el Gobierno

No eran cien, como aseguró el comandante de la policía de Cochabamba, Eduardo Wayar, sino muchos más de mil los campesinos que se reunieron en la plaza mayor de esta ciudad y dieron comienzo a una caminata hacia la capital de Bolivia, La Paz, a pesar de la advertencia gubernamental de que no permitirá el paso de los manifestantes. La larga columna está encabezada por los miembros de la flamante Comunal, la Coordinadora de Movilización Única Nacional, integrada por los sindicatos campesinos de los valles, los productores de coca, los colonizadores, los regantes, la federación de mujeres campesinas y los trabajadores por cuenta propia, entre otros.

La Comunal fue consolidada el sábado pasado, con el fin de mantener la unidad de todo el movimiento y llevar, en un solo pliego de peticiones, diez demandas que resumen las aspiraciones generales de todos los sectores afiliados y que el Gobierno ha demorado un año en cumplir. La mayor parte de los marchistas está resuelta a enfrentarse, si es necesario, a la policía y al Ejército, que se encuentran acuartelados y en estado de alerta a la espera de una orden para salir a resguardar la paz social y, si es necesario, dijeron los jefes militares, para defender al Gobierno.

'Estamos acostumbrados a la represión de este Gobierno y con la represión no nos va a callar; más bien, nos da más ánimos para luchar', dijo Celestina N., de la Federación de Carrasco Tropical, que lleva al hombro una whipala, la bandera andina. Como ella, decenas de mujeres, muchas con sus niños a la espalda o en brazos, reflejan la determinación de llegar hasta la sede del Gobierno boliviano para reclamar el cumplimiento de los compromisos contraídos el pasado año, cuando, en una situación parecida, las autoridades intentaron frenar el descontento social con la firma de acuerdos cuyo cumplimiento reclaman hoy.

'No te olvides de que quechuas y aymaras somos millones', dijo el dirigente campesinos Humberto Choque al restar importancia a la decisión del Gobierno de reprimir a los marchistas. 'Si tenemos que dejar la vida, la vamos a dejar por una causa importante', aseguró el líder de los productores de hoja de coca, Evo Morales, que denunció la existencia de una lista de personas para ser acribilladas durante los enfrentamientos que pudieran suceder en los próximos días.

'Guerra del agua'

Un año después de la denominada guerra del agua, la situación general de quienes salieron a las calles en abril y septiembre de 2000 no ha cambiado casi nada y los acuerdos han avanzado lenta y penosamente en el papel, pero no en los hechos. Las reuniones con las partes en conflicto fueron relegadas en pocas semanas, mientras las autoridades volvían a la diaria pugna interna por cuotas de poder en el seno de la coalición gobernante.

La marcha, que pretende llegar a La Paz el día 23 de abril tras recorrer 383 kilómetros, se ha convertido en otro factor de tensión para el Gobierno de Hugo Banzer que, acorralado por los conflictos y la falta de recursos económicos para satisfacer las demandas, ha acusado a su principal adversario, el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), de conspirar contra la democracia e intentar el derrocamiento de Banzer.

El ministro del Interior, Guillermo Fortún, aseguró que el MNR quiere 'derrocar al presidente Banzer', mientras que el ministro de Informaciones, Manfredo Kempff, afirmó que el MNR financia la caminata a La Paz.