La Conferencia Episcopal dice que carece de 'competencias' para excomulgar a terroristas

'Lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible'. Así se expresó ayer un prelado de la Iglesia católica para negar que la Conferencia Episcopal Española (CEE) esté ultimando un decreto de excomunión contra ETA. 'La citada información', publicada el domingo por El Mundo y dada por buena en otros muchos medios de comunicación, 'no responde a la verdad', dijo la CEE en un contundente comunicado.

Varios obispos se declararon ayer 'desolados' por la repercusión de esas informaciones, conscientes 'del daño que ocasiona a la Iglesia' el verse envuelta de nuevo en polémicas que afectan al terrorismo. 'Esto es otra segunda campañita como aquella que tuvimos con lo del pacto', declaró el arzobispo de Pamplona, Fernando Sebastián. Se refería al alboroto que se produjo en febrero pasado cuando los obispos anunciaron que no firmarían el pacto antiterrorista promovido por el PP y el PSOE. Las airadas reacciones de algunos medios contra la jerarquía católica provocó entonces que el cardenal Antonio María Rouco llegara a dudar 'del buen juicio' de quienes les criticaron desde el Gobierno. El pasado 20 de marzo, el presidente de los obispos españoles y el del Gobierno, José María Aznar, almorzaron juntos en La Moncloa para limar aquellas asperezas, agravadas por las severas críticas de la CEE a la actitud del Ejecutivo con los inmigrantes ilegales.

La noticia de que Rouco pediría a los obispos, convocados a asamblea plenaria el próximo día 24, la aprobación de un decreto de excomunión contra los terroristas de ETA, reabre el alboroto en plena Semana Santa. Ello ha aumentado la sensación de 'agotamiento' y de 'cansancio' entre muchos prelados. Primero, porque tienen claro que 'la CEE carece de competencias para aplicar la pena de excomunión y cualquier otra pena canónica' -así lo afirman en el comunicado de ayer-, y sobre todo porque para 'dejar claro que la Iglesia está contra el terrorismo no hace falta excomulgar'. 'Esto no es fruto de la casualidad. Está preparado desde algún sitio con poco conocimiento y pocos escrúpulos', dijo el arzobispo Sebastián.