Los empleados de Miniwatt llevan a la Bolsa sus quejas por 312 despidos
La empresa prescinde de los contratados para trabajar en festivo
Dentro del edificio de la Bolsa, en el que permanecieron cerca de una hora y que abandonaron por decisión propia, los trabajadores, que tienen contrato indefinido a tiempo parcial y cubren los turnos de fines de semana y festivos, expresaron su descontento con la decisión de la dirección de Miniwatt y colocaron adhesivos en los que expresaban su malestar sobre los despidos, en medio del desconcierto del parqué al que suelen acudir los inversores.
Durante la protesta, los trabajadores de la filial de Philips Miniwatt, empresa radicada en la Zona Franca de Barcelona, mostraron su descontento con gritos como: 'Trabajo sí, despidos no', 'contra los despidos, huelga general'.
Dentro de la Bolsa, la secretaria del comité de empresa de Miniwatt, María Luisa López, manifestó: 'Es una injusticia despedir a estos jóvenes, ya que es más barato indemnizarles a ellos que a los mayores'.
La secretaria sindical agregó: 'Miniwatt se defiende argumentando que tiene mucho material almacenado, cosa que le permite despedir a estos trabajadores de fines de semana y festivos'.
En este sentido, López añadió: 'Este expediente es un fraude de ley, ya que lo que persigue la empresa con estos despidos es conseguir contratos en precario, cosa con la que estamos en desacuerdo totalmente'.
La concentración se inició en La Rambla, donde se encontraron los trabajadores de Miniwatt para empezar la movilización. Con los lemas: 'Por el mantenimiento de la plantilla,no al expediente de 312 despidos' y 'Miniwatt en lucha, no a los despidos', los concentrados se fueron hacia la Bolsa de Barcelona recorriendo diversas calles céntricas de la ciudad. La concentración finalizó delante de las puertas de El Corte Inglés de la plaza de Catalunya, lugar donde los trabajadores ocuparon una entrada al edificio, pero sin que se registrasen incidentes.
Miniwatt es una de las empresas catalanas de mayor conflictividad, con largas y a veces duras batallas judiciales y sindicales (la última contra el trabajo en días festivos) entre los representantes de los trabajadores y la empresa, que incluso llegó a decidir en 1991 un cierre patronal indefinido.
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