Desprecio
El desprecio a los ciudadanos es absoluto. Nada, ni un simple cartel, informa al sufrido automovilista de por qué está parado. El embotellamiento no es circunstancial. Se debe a unas obras; pero no sabemos para qué son esas obras, ni cuándo terminarán, ni cuánto costarán.
Hablo, claro, de lo que ocurre estos días en la ronda del Mig, entre la Diagonal y la plaza de Cerdà, un tramo que hasta hace poco estuvo en obras durante un largo, larguísimo, periodo de tiempo. ¿Qué hay que hacer ahora que no pudiera hacerse entonces? ¿Resultaría tan difícil instalar un modesto cartel que informara al ciudadano de cómo y en qué se están gastando su dinero'. Pero ya se sabe qué piensa que debe darle al ciudadano -y contribuyente- el equipo que dirige el alcalde Joan Clos: ajo y agua.- Esteban Fernández. Barcelona.
Paso todos los días por el paseo de la Zona Franca. Hoy, lunes [por ayer], una señal me obliga a desviarme, la calzada está cortada. ¿Unas obras quizá?, ¿durarán toda la Semana Santa, 15 días, varios meses? ¿No podían advertirme el viernes para que, si era de mi interés, acudiera a mi trabajo por un recorrido alternativo?
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