Milosevic designa desde la cárcel al nuevo jefe de los socialistas serbios
El ex presidente de Yugoslavia Slobodan Milosevic cumplió ayer una semana entre rejas en la prisión central de Belgrado, pero ha dejado de manifiesto palpablemente que él es todavía el jefe del Partido Socialista de Serbia (SPS). Bastó una carta de Milosevic desde la cárcel, llevada por su esposa, Mira Markovic, para designar al ex ministro de Asuntos Exteriores Zivadin Jovanovic, un hombre del ala dura y fiel seguidor suyo, como presidente en funciones del SPS.
Además, Milosevic destituyó al secretario general del SPS, Zoran Andjelkovic, por no haber actuado con suficiente energía durante la acción policial contra su persona. La capacidad de convocatoria de las huestes de Milosevic parece muy reducida. En la primera jornada de protesta contra el encarcelamiento de Milosevic tan sólo se reunieron unos tres mil manifestantes el sábado al mediodía ante la sede del Gobierno de Serbia.
Milosevic parece empeñado en demostrar que es él quien corta el bacalao, a pesar de llevar ya una semana en la cárcel central de Belgrado, cuyos alrededores se encontraban ayer al mediodía casi desiertos. La presencia del ilustre preso ya no despierta ni siquiera el interés de los equipos de televisión extranjeros. Ayer apenas se movía por allí algún que otro ciudadano dedicado a faenas típicas de fin de semana como limpiar el coche.
Por unanimidad
La comisión ejecutiva del SPS aprobó por unanimidad la propuesta de Milosevic de que durante su ausencia lo sustituya el ex ministro Jovanovic, uno de los vicepresidentes de la ejecutiva del SPS. Se da la circunstancia de que Jovanovic podría pronto acompañar entre rejas a Milosevic.
Se ha abierto un sumario judicial contra Jovanovic por abuso de poder en el desempeño de su cargo de ministro de Exteriores. Jovanovic es acusado de haber expedido dos pasaportes diplomáticos para Marko Milosevic, el hijo del déspota, que parecía coleccionarlos, porque ya tenía otros tres. De Marko Milosevic, las últimas informaciones dicen que se encuentra en la república de Kazajstán.
La carta de Milosevic a su partido contenía también la orden de cese del secretario general Andjelkovic, a quien los más fieles le imputan no haber actuado con energía durante los días de la detención del ex presidente. Parece que poco podía hacer Andjelkovic. El SPS sólo movilizó a unos tres mil para manifestarse por el encarcalamiento de su jefe.
Los cálculos del SPS elevan esa cifra a veinte mil, a la que no se logra ni con una repetición del milagro de la multiplicación de los panes y los peces. Los manifestantes, de avanzada edad en su mayoría, gritaron eslóganes como: '¡Soltad a Sloba!', '¡Traición, traición!', '¡Fuera, fascistas!', '¡Queremos las elecciones!', '¡Slobo, vuelve!' y '¡Lacayos americanos!'. La dirección del SPS los convocó para repetir el próximo sábado si antes Milosevic no queda en libertad.
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