Próxima parada: La Haya

Slobodan Milosevic, cuyo nombre significa libertad, está al fin bajo llave y candado. El demagogo ex presidente de Yugoslavia (...) se las arregló para prolongar durante más de 24 horas el punto muerto armado que permitió su arresto. Puede que el legendario talento del hombre fuerte de Serbia para la política de cuerda floja y la manipulación ya no le salve de enfrentarse a la justicia.

La estrafalaria salida de Milosevic plantea nuevas cuestiones sobre su futuro. A pesar de que fue acusado en mayo de 1999 por el Tribunal Internacional de La Haya por crímenes de guerra cometidos en Kosovo, el nuevo Gobierno de Belgrado le ha detenido por los cargos domésticos menores de malversación de fondos y abuso de poder. (...)

Kostunica ha estado haciendo equilibrios desde que tomó el poder en Belgrado (...). Por un lado, es un nacionalista serbio, posición que le supuso el apoyo de un electorado resentido y convencido, en parte por la insidiosa tesis de Milosevic, (...) de que los serbios eran las víctimas de una conspiración mundial. (...) Pero también es un abogado inteligente que comprende que la cooperación con La Haya supone que su país pierda el status de paria de los años de Milosevic y reconstruya una economía destrozada por las sanciones y las bombas de la OTAN. Su estrategia es llevar a ambos lados hacia la reconciliación, haciendo ofrecimientos al orgullo nacional serbio (...) y concesiones a las demandas de Occidente. Es por consideración a los serbios por lo que Milosevic debe ser juzgado finalmente en La Haya.

Londres, 2 de abril