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Electrabel decidirá futuras mayorías en Cantábrico tras la oferta de Ferroatlántica

La eléctrica belga Electrabel, titular del 10% de Hidroeléctrica del Cantábrico, tendrá una posición decisoria en el futuro inmediato de la eléctrica asturiana, una vez que, cerrado el plazo para la formulación de OPA en la medianoche del sábado, la nueva oferta de Ferroatlántica y la alemana EnBW, a 27,3 euros (4.542,34 pesetas), ha desbancado las posibilidades que hasta ahora concitaba la también alemana RWE, con una oferta de 26 euros (4.326 pesetas).

El presidente de RWE, Dietmar Kuhnt, había reconocido que, de presentarse una opción mejor, la suya quedaría 'obsoleta', pese a tener el apoyo de las familias de Cantábrico (Masaveu, Carceller, Alvargonzález y Cosmen), titulares del 10%. Estos grupos habían advertido de que apoyarían a RWE mientras no se presentase una OPA a superior precio.

La pugna por el dominio de Cantábrico, que se prolonga desde hace 13 meses, se dirimirá, pues, entre la OPA de Cajastur y EDP, a 24 euros (3.993 pesetas), y la de Ferroatlántica y EnBW a 27,3 euros (4.326 pesetas).

Las posibilidades de Cajastur-EDP en el futuro diseño de poder de Cantábrico no se fundamenta en el atractivo del precio que ofrece (superado ampliamente por las otras dos OPA), sino por el capital que ya tiene comprometido y que le garantiza una posición relevante. Cajastur es el segundo accionista actual de Cantábrico y posee el 10% de la sociedad, pero tiene el control sobre un total del 34,26%.

La belga Electrabel, titular del 10%, tiene ahora la capacidad de decidir futuras mayorías. La oferta de Ferroatlántica y EnBW puede controlar, como máximo, un 49%, dado que al 35,26% de Cajastur y EDP hay que sumar un 2% de autocartera, el tradicional 3% o 4% de capital que no suele localizarse en estos casos y el 10% en manos de Electrabel.

El grupo belga no ha desvelado su estrategia. Puede permanecer en Cantábrico y ejercer de árbitro, vender a Cajastur-EDP (equiparando así a este consorcio, que pasaría a tener el 44,26%, frente al 49% que pudiera conseguir Ferroatlántica y EnBW), o acudir a esta última OPA y otorgarle su 10% al consorcio hispano-alemán, que pasaría a tener la mayoría absoluta del capital (59%). Pero en este caso, y de no haber acuerdo con Cajastur, los hispanoalemanes deberían denunciar el blindaje de Cantábrico ante los tribunales si quieren ejercer su mayoría en la empresa.

Con los actuales estatutos de Cantábrico en la mano, Cajastur, al poseer más el 25% de la compañía, puede impedir durante tres años que Ferroatlántrica y EnBW entren en el Consejo de Administración de la eléctrica asturiana.

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