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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Goles para calmar el apetito (4-1)

El Barcelona supera al Las Palmas en un partido presidido por la belleza de los tantos

Ramon Besa

En un partido de guante blanco, donde incluso el gol de Guayre fue bien recibido por bien parido, el Barcelona reclamó un puesto noble en la tabla de la Liga y se aseó para recibir el próximo jueves al Liverpool. Nada mejor que un marcador luminoso en un encuentro de domingo tranquilo para responder a la pesada cháchara de entre semana. Ya acostumbrado a la maledicencia, el equipo azulgrana no reparó en un ambiente de absentismo, y se dio una pequeña fiesta, íntima si se quiere, sin mucho ruido, aunque meritoria. Pide el plantel un mejor trato en una época en que la virtualidad devora al presente, y las altas y bajas van y vienen como si empezara el curso. Necesitado de una cierta paz, el Barcelona agradeció la visita del Las Palmas, un equipo que no presionó para nada, que dejó hacer, que pasó de puntillas por el mar de fondo azulgrana.

BARCELONA 4|LAS 1

Barcelona: Reina; Gabri, Reiziger (Puyol, m. 45), Frank de Boer, Sergi; Xavi, Cocu; Luis Enrique (Guardiola, m. 63), Rivaldo, Overmars; y Kluivert (Dani, m. 68). Las Palmas: Nacho González; Edu Alonso (Moreno, m.54), Álvaro, Olías, Schürrer, Ángel; Jorge, Samways, Josico; Guayre (Eloy, m. 78) y Oulare (Turdo, m. 45). Goles: 0-1. M. 8. Guayre controla, quiebra a Sergi primero y a Cocu después y pica la pelota sobre la salida de Reina. 1-1. M. 14. Xavi saca un córner, Gabri cabecea el rechace y la pelota llega a la red después de un mal despeje entre el portero y el central, que se estorban. 2-1. M. 43. Luis Enrique cuelga desde la derecha, Álvaro rechaza de cabeza y Overmars empalma con la zurda a gol. 3-1. M. 71. Frank de Boer cruza en diagonal para el desmarque de Rivaldo, que controla con la zurda y remata cruzado. 4-1. M. 74. Cocu mete en profundidad para Overmars, que centra al segundo palo, donde llega Dani para remachar. Árbitro: García Aranda, madrileño. Mostró tarjetas amarillas a Ángel, Schürrer, Puyol y Moreno. Camp Nou: unos 60.000 espectadores. Reiziger se retiró lesionado.

Frente a la modorra canaria, los barcelonistas estuvieron bien despiertos. Ni el bello y sereno gol de Guayre, tan largo y plástico en su ejecución como el nombre de la Unión Deportiva Las Palmas, destempló al Barcelona, que se aplicó por igual en dos tiempos resueltos, sin embargo, de forma opuesta.

El primer tramo fue ya muy visto. El fútbol del Barça provoca a veces un efecto repetitivo como la comida. El equipo se posiciona académicamente en el campo, con los dos extremos bien abiertos, y toca como un pasabolas. Le cuesta darle aire al campo y velocidad a la pelota. Le falta un punto de calidad para jugar de primera y carece de capacidad para sorprender. La salida y desborde por las bandas, sobre todo por la de Gabri, alivió los problemas ofensivos de los azulgrana, que remontaron en dos acciones muy mal defendidas por los centrales rivales, aunque el segundo tanto lo firmó Overmars, todo un acontecimiento en el Camp Nou dada la mala puntería del extremo holandés.

Pese al marcador, el Las Palmas tuvo el partido a huevo hasta bien entrada la segunda parte. Le faltó ambición y juego, y como cualquier modesto acabó por apuntar al árbitro, que se desentendió en una jugada de posible penalti a Jorge y expulsión de Frank de Boer.

El Barcelona transitió como pudo por los momentos de desorientación que acabaron cuando Guardiola entró en el campo y alivió la tarea de Xavi, que pasó a jugar de media punta, y dio salida a Frank de Boer. El central rompió la monotonía y la peligrosidad del partido con una diagonal que habilitó a Rivaldo para que zanjara cualquier duda con el tercer tanto.

Resuelto el choque, incluso apareció Dani para meter su primer gol del campeonato en una jugada muy bien pintada y que es de gran agrado para los azulgrana: el medio profundiza (Cocú), el extremo penetra para centrar (Overmars) y el delantero centro remata a puerta vacía. Fueron momentos dulces para el Barcelona, que tuvo un gran control de la pelota y del partido y generó muchos espacios en campo canario, tanto en las triangulaciones como entrando por los flancos, donde Overmars es incontenible y Gabri ha aprendido a doblar a Luis Enrique, un futbolista que acostumbra a romper con sus diagonales y apariciones medidas en el área.

Para entonces, ya no habían noticas del Las Palmas, que se descolocó con los cambios y concedió demasiadas ocasiones, pese a alinear hasta tres centrales. No supo guardar la pelota y le costó disparar el contragolpe, pese al gol de Guayre, una perla tanto por el gol como por las jugadas que intentó, buscando siempre el uno contra uno, encarando al defensa.

Los goles, al fin y al cabo, colorearon el partido, que tuvo muchos momentos muertos, de cierto suspense, más que por el poder de intimidación del Las Palmas por el trabajo forzado del Barcelona, al que le costó destaparse y abrazar una victoria balsámica en espera del Liverpool en la que debe ser la eliminatoria del año.

Kluivert, Rivaldo, Overmars y Frank de Boer festejan uno de los goles del Barça.
Kluivert, Rivaldo, Overmars y Frank de Boer festejan uno de los goles del Barça.VICENS GIMÉNEZ

Guayre se hace querer

Posicionado como un trescuartista, tomó la pelota, encaró a Sergi y le sorteó cambiándose el cuero pie, después quebró a Cocu y lo picó sobre la media salida de Reina. El balón acabó en la red y Gayre se sintió el futbolista más feliz del mundo. Guayre, que es así es como se conoce a Antonio Bentancor, marcó el gol que siempre soñó en uno de los escenarios de mayor trascendencia. Fue un tanto, el sexto de Gayre en la Liga, muy canario, que define la escuela futbolística del Las Palmas: el control, el toque, el regate, tal que fuera Rivaldo por cuanto hizo con la pelota al pie. Hijo de futbolista, Guayre se ha impuesto a delanteros como Turdo, Eloy, Orlando o Oktay, que se largó del equipo tras un rifirafe con Samways. Pese a que debutó el año pasado ante el Málaga, Guayre se ha consolidado en el presente curso a los 20 años, y hoy es un futbolista apetecido por varios clubes, entre ellos el Barça. Formado en la cantera del Las Palmas desde los 10 años, Guayre tiró caños, tocó, jugó y goleó en el Camp Nou como un crack. 'Era un sueño jugar ante el Barça y contra Rivaldo', anunció antes del choque sin saber que maracía un gol que habría firmado el brasileño.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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