El Banco Central Europeo mantiene en el 4,75% el tipo de interés
El euro cae y cotiza a 0,8806 frente al dólar
Los expertos apuestan ahora por un recorte de tipos en la próxima reunión de la cúpula del banco, el 11 de abril. La decisión del BCE no fue una sorpresa enorme. A pesar de las presiones que la autoridad monetaria europea soporta desde hace semanas para recortar los tipos del euro, en los últimos días se vislumbraba una decisión como la adoptada ayer, aunque el recorte tampoco estaba absolutamente descartado.
Las bolsas reaccionaron a la noticia con ventas, si bien, finalmente se impusieron las compras. La de Madrid ganó un 0,65% en su índice general; París se anotó una subida del 0,15% y Francfort un 0,87%. Londres fue la excepción, con una pérdida del 0,46%.
Las presiones al BCE se suceden un día detrás de otro en el mercado, que espera que el banco reconozca así que la caída de la actividad en Estados Unidos y el triple recorte de tipos del dólar por un total de 150 puntos básicos exige medidas semejantes en Europa.
Pero las autoridades comunitarias, tanto en el BCE como en la Comisión Europea y en los Estados miembros, insisten en que el parón americano está afectando a Europa menos de lo que espera el mercado. Ante esa situación, el BCE ha optado por esperar al menos dos semanas antes de acordar un recorte. Esa decisión tiene la ventaja de que permitirá conocer datos nuevos sobre la evolución de las grandes cifras y en particular sobre la inflación.
Con su decisión de ayer, el BCE lanzó un doble mensaje. Por un lado, optimista, al dar a entender que las expectativas de menor crecimiento en la zona euro no llegan hasta el punto de exigir un abaratamiento del dinero. Pero por otro lado viene a admitir que los datos, todavía altos, de inflación aconsejan retardar lo más posible el recorte. El tipo de interés se mantiene en el 4,75% desde el 5 de octubre pasado, cuando el banco subió un cuarto de punto debido a la inflación provocada por la subida del petróleo.
España, beneficiada
La decisión de ayer beneficia a los países más inflacionistas, como España. El ministro de Economía, Rodrigo Rato, y el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José Luis Leal, habían coincidido esta semana en que la economía española no necesita una bajada de tipos.
Más discutible es si la locomotora de la economía europea, Alemania, necesita o no ese recorte porque su capacidad exportadora se ve amenazada por el parón en EE UU. Pero Ernst Welteke, uno de las más influyentes miembros del Bundesbank, el banco central alemán, se pronunció el viernes en contra de una reducción del tipo de interés del euro al advertir de los peligros de una política monetaria 'frenética'.
El canciller alemán, Gerhard Schröder, ha contribuido también a la calma al reafirmar que no hay motivos para recortar las previsiones de crecimiento de la economía alemana, que debería alcanzar el 3% este año.
Las presiones del mercado para que el BCE baje los tipos llevan a la paradoja de que el euro se debilite por no situar sus tipos por debajo de los del dólar. El mercado entiende que si se recortan los tipos las posibilidades de que la zona euro no acuse el impacto del parón en EE UU son mayores.
En coherencia con sus presiones, el mercado reaccionó mal a la decisión del BCE, aunque sin dramatismo. El euro, que empezó el día a 0,888 dólares y había bajado ya a 0,8864 antes de anunciarse la decisión del BCE, llegó a caer hasta 0,8806 dólares, el nivel más bajo del año.
La caída del euro desde principios de año se explica también por la fuga de inversiones directas y de cartera hacia EE UU. Según el BCE, en enero salieron inversiones por 50.000 millones de euros (8,32 billones de pesetas). Esa fuga rompió la carrera alcista del euro, que le había llevado desde su mínimo histórico de 0,8252 el 26 de octubre de 2000 hasta los casi 0,96 dólares por euro de mediados de enero.
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