Portugal, 'epicentro' del fraude

Un informe preliminar del Parlamento brasileño sobre los pasaportes falsos en el fútbol europeo, entregado a la FIFA el día 15, asegura que 'el epicentro' de su emisión 'es Portugal', donde están implicadas al menos tres personas supuestamente relacionadas con la Policía lusa. Los clubes de origen en Brasil, empresarios e intermediarios -el brasileño Jimmy Martins, el uruguayo Juan Figer, el español Herminio Menéndez y su socio en Marbella, el yugoslavo Miroslav Nestorovic- y los clubes europeos de destino, entre ellos el Lorca, aparecen involucrados.

En el documento, instruido por el diputado brasileño Jurandil Juárez, se afirma que se trata de 'una plaga', la punta del iceberg de 'una realidad mayor y muy preocupante sobre la inmigración ilegal de brasileños (...), que envuelve a trabajadores de todos los tipos, incluidos la prostitución, el travestismo o el tráfico de menores'.

Hasta con Edu, que tiene ascendencia portuguesa, 'funcionó la costumbre de la trampa'

Las investigaciones en el Estado de Maranhao demuestran la implicación de los dirigentes de esa federación y de dos clubes, el Americano de Bacabal y el Moto Clube de São Luis, en 'la adulteración de documentaciones para facilitar la falsificación'. El primer caso detectado fue el de José Raimundo Rodrigues, Raimundinho, quien, 'con nombre y edad adulterados', obtuvo un pasaporte portugués falso y se fue a Bélgica.

'En 1999', continúa el informe, 'ocurrió otro caso más escabroso con un jugador que asumió la identidad de otra persona. Georlan Gomes, Gil, utilizó la documentación de Jurcilan Araujo, dos años más joven'. La documentación falsificada fue conseguida gracias a los dirigentes del Bacabal y su pasaporte le fue sumunistrado por el club español [Lorca]'. El propio Gil explicó que el Bacabal le informó de que usaría la identidad de una persona muerta, aunque después se comprobó que vivía. Gil probó por el Hércules y, rechazado, fichó por el Lorca. Para colmo, dijo que este club le dio un segundo pasaporte falso, con lo que llegó a tener tres, sólo uno auténtico.

El traspaso de Varley al Udinese permitió descubrir la trama al denegarle las autoridades de Polonia su entrada en el país al constatar la falsedad de su documento. Al equipo italiano llegó a través de su representante, Figer. 'Tanto el club como el empresario', se asegura, 'sabían que no tenía ascendencia portuguesa'. Los contratos de Jeda y Dede con el Vicenza fueron realizados por medio de los ex jugadores Careca y Bernardes, habiendo participado el presidente del São Joao de Araras, Mario Pavan. Todos sabían que carecían de ascendencia europea. Los pasaportes falsos los consiguió Martins, 'que se decía agente de la FIFA'.

El asunto de Edu, traspasado del Corinthians al Arsenal, inglés, 'guarda semejanza con los otros'. Singularmente, sí tiene ascendencia portuguesa, por lo que podría haber recibido un documento legal, pero 'funcionó la costumbre de la trampa, el hábito de las facilidades, y (...) Figer contrató intermediarios para adquirir un pasaporte en Portugal'. Con él fue detenido en el aeropuerto de Londres, aunque su situación ya está regularizada.

El pasaporte falso lo obtuvo, siempre según el informe, a través de Menéndez y Nestorovic, propietarios de un centro deportivo en Marbella, Marpafut, frecuentemente utilizado por clubes europeos en las pretemporadas. Acompañados por el abogado portugués João Gonçalves, ambos declararon que lo solicitaron por creer que el abuelo de Edu era portugués. Para ello contactaron 'con J. Caldeira (...), quien les informó que tenía una empresa que les podía resolver el problema en dos semanas'.

Martins reconoce que participó en la adquisición de pasaporte para varios jugadores, pero adujo que no pensaba en una ilegalidad: 'Yo trataba con J. Caldeira y Domingos Djalo, (...) en el hotel Altis, de Lisboa, propiedad de un ex presidente del Benfica. Nos pedían rellenar los documentos que procedían de la Policía. Soy culpable de haber sido engañado en un procedimiento que parecía legal. ¿Los pasaportes eran falsos? Por lo que se sabe hoy, no. Eran hechos por gente interna de la Policía'.

Alegando el secreto, las autoridades policiales no revelaron ningún dato sobre el tema a la comisión investigadora. Pero se sabe que miles de documentos legales fueron robados de los consulados de Ginebra (Suiza) y Viseu (Portugal) para utilizarlos con datos falsos.