Perplejidad

Sorprende, hasta la máxima perplejidad, ver cómo los destinos de nuestra comarca, Valdecorneja, y, por ende, los de nuestra provincia (Ávila) y los de nuestra región se deciden por instituciones de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM), y nadie dice nada. Efectivamente, según informaciones facilitadas por su periódico (EL PAÍS, 20-2-2001), el consejero de Medio Ambiente de la CAM, Pedro Calvo Poch, se había mostrado reacio a la construcción de un pantano en el Alto Alberche, para abastecer Madrid, por los daños medioambientales que ocasionaría. Consideraba que los recursos hidráulicos existentes son suficientes.

En cambio, Carlos Mayor Oreja, consejero de Justicia y presidente del Canal de Isabel II, era favorable a su construcción 'para asegurar el abastecimiento de una región en pleno crecimiento'. Ambos formularon sus respectivas alegaciones al Plan Hidrológico Nacional y éste se ha inclinado por la postura del señor Mayor Oreja. Otra barbaridad, a mi juicio, del famoso plan.

Resulta inaceptable tener que tragarse la destrucción del Alto Alberche con un pantano que anegará enormes extensiones de terreno, dada la poca profundidad de la cuenca de este río en el tramo propuesto, y al mismo tiempo saber que las aguas del Jarama no pueden ser utilizadas porque son venenosas -debido a los vertidos de la industria que asegura ese crecimiento económico, al que apela el señor Mayor Oreja para destruir uno de los parajes más bellos, limpios y ricos en biodiversidad de la península Ibérica y un tramo del río Alberche que será posiblemente el único virgen de España-.

Muy señor mío, me permito sugerirle que haga en su río Jarama lo que hicieron los británicos en el Támesis, y a tales efectos se gaste el dinero que sea necesario y corresponda de sus propios presupuestos o de los presupuestos que procedan. Y déjennos ya tranquilos en Valdecorneja porque, como decía aquel paisano del valle de Quilamas (Salamanca), nosotros también estamos hartos de que nos quiten las escuelas, nos quiten el médico, nos quiten el cura, nos quiten todo y sólo nos traigan las basuras para que las grandes ciudades sigan funcionando.-